Juventus, 1 - Mónaco, 0

Regalo arbitral a la Juve

Un regalo en forma de penalti permitió ayer a la Juventus derrotar al Mónaco por 1-0 y dar el primer paso para alcanzar su primera semifinal de Champions en 12 temporadas

Josep Coves

Desde que el uruguayo Zelayeta sentenció en 2003 al FC Barcelona en la prórroga, en el Camp Nou, la Vecchia Signora ha encontrado en los cuartos de final su tope europeo, hace dos años por última vez, una fase que si supera esta vez se lo tendrá que agradecer en gran medida al árbitro checo Kravolec.

El colegiado centroeuropeo dio un empujón a la Juventus al inventarse un penalti en la segunda parte con el que Vidal puso con ventaja a su equipo en la eliminatoria. Kravolec interpretó como falta de Ricardo Carvalho un tropezón de Morata, consolidado como titular al lado del intocable Tevez. La única duda no se limita a saber si hubo o no contacto –lo que no parece– sino a cerciorarse si la caída del delantero juventino fue dentro o fuera del área. Todo parece indicar que fue fuera del área. Para colmo de despropósitos, el árbitro mostró trajeta amarilla a Carvalho cuando debería haberle mostrado la roja de acuerdo con la infracción pitada.

SIN PUNTERÍA

Que el partido se decidiera por un error arbitral da a entender la igualdad que mostraron Juventus y Mónaco sobre el terreno de juego. Los italianos echaron en falta al francés Pogba porque Pirlo, que reaparecía tras un mes y medio de baja, no fue el de otras noches y Morata, Tevez, Evra y Vidal tuvieron el punto de mira equivocado en las acciones en que se plantaron sobre Subasic, casi todas ellas en la primera parte.

El partido no fue un frontón como visualizaba Allegri en la previa. El Mónaco dio la sensación de ser mejor equipo de lo que parece indicar su tercera posición en la Ligue 1, y no rehuyó la lucha cuerpo a cuerpo. Con un centro del campo potente y talentoso, en el que el músculo de Kondogbia convive con la omnipresencia de Toulalan y la clase de Joao Moutinho, y la movilidad de sus atacantes, el equipo de Jardim puso el miedo en el cuerpo a los tifosi de la Juve. Ferreira-Carrasco, Bernardo Silva y Kondogbia pusieron a prueba a Buffon, empeñado en ganar la orejona, el único de los grandes títulos que no figura en su palmarés.

Pero a la hora de la verdad fue el error del árbitro el que acabó decantando el partido y probablemente la eliminatoria a favor de la Juventus. Un penalti que solo él vio. Y en cambio no se percató de un claro agarrón de Chiellini sobre el brasileño Matheus cuando las manecillas del reloj señalaban el minuto 91 y que bien podría haber dado aire a los monegascos de cara al partido de vuelta.