El presidente de Santos arremete sin piedad contra el dirigente blanco

De Oliveira: "Florentino fue arrogante y lamentable"

El Santos y Neymar han sacado los colores al Madrid y a la célebre prepotencia de Florentino

Joaquim Piera

El fracaso en el intento de fichar a Neymar ha sacado a relucir todas las miserias de Florentino Pérez. Sus triquiñuelas, su estilo de tirar la piedra y esconder la mano, de no ir nunca de cara y de intentar enfrentar siempre el jugador con su actual club le han acabado pasando factura. Su imagen ha quedado muy desgastada y deteriorada en Brasil, donde ya nadie se cree el supuesto señorío que pregona.

Una vez consiguió materializar el blindaje de su estrella hasta la finalización del Mundial 2014, el club brasileño ha sacado el hacha de guerra contra Florentino. Se acabó la diplomacia, los fariseísmos y los discursos de cordialidad de cara a la galería. El presidente, Luis Álvaro de Oliveira Ribeiro, no se mordió la lengua y atacó con dureza los métodos empleados por su homólogo merengue. “El comportamiento de la directiva del Madrid ha sido lamentable y arrogante, propio de quien todavía tiene una mentalidad colonizadora”, explicó en declaraciones exclusivas al rotativo `O Estado de Sao Paulo¿.

El Santos FC ha tragado mucha bilis estos últimos meses, desde que el club merengue lanzase el primer envite por hacerse con los servicios del `Mohicano¿, en junio, en plena final de la Copa Santander Libertadores. Han sido meses de mucha tensión en los despachos del estadio de la Vila Belmiro, viendo como el Madrid presionaba constantemente al jugador, a través de su representante, Wagner Ribeiro ¿ aliado de Florentino¿, de Ronaldo, que es quien gestiona los derechos de imagen del futbolista con su empresa de marketing deportivo 9ine y, claro, de Neymar padre.

Florentino fue a por todas. El jefe de los servicios jurídicos Javier López Farré, acompañado del abogado Julio Senn estuvieron negociando en Sao Paulo, adonde también se desplazó el jefe de los servicios médicos, Carlos Díez, para realizar una revisión previa. Las llamadas del director general, José Ángel Sánchez, eran constantes e incluso José Mourinho y el propio Florentino llegaron a hablar directamente con el futbolista.

El Madrid ha estado apretando hasta la saciedad por hacerse con los servicios del joven delantero santista, pero ha sido incapaz de convencer al futbolista. El discurso filtrado que ha sido el Madrid quien ha renunciado al jugador y no al contrario no se aguanta por ningún lado. Prueba del interés merengue es el último viaje a Sao Paulo, realizado este mismo mes de noviembre, por el director deportivo, Miguel Pardeza, y del abogado Javier López Farré, para redactar el contrato definitivo del jugador. El fracaso blanco ha sido total y sin paliativos. Ahora quien se ríe y se regocija es el Santos.

En tono de humor, su presidente explicaba a `O Estado de Sao Paulo¿ que “uno de los argumentos que usé para convencer a Neymar para que se quedase fue diciéndole que en Madrid, Mourinho la podría tomar con su cabello y mandárselo cortar, aquí va a llevarlo como quiera”. Bromas al margen, De Oliveira evidencia que el club brasileño estaba muy molesto con la actitud de Florentino y le manda un mensaje directo cómo se tiene que actuar: “En junio, durante la despedida de Ronaldo, me encontré con Sandro Rosell y tomamos una copa. Me preguntó si habría ningún problema que llamase al padre de Neymar para hablar, y yo le dije que no”, apunta. La transparencia mostrada por el Barça es el antítesis del oscurantismo merengue.

Florentino ya no tiene ninguna credibilidad, al menos en Brasil. Todos intentan desmarcarse de él, incluso aquellos que públicamente se posicionaron a su favor, como Wagner Ribeiro, el agente de Neymar. El propio representante, que lo empujaba hacía Chamartín los últimos meses, no tuvo ni la dignidad de llamar a la `Casa Blanca¿ para anunciar el nuevo contrato de su pupilo con el Santos. Ribeiro decidió comunicar la noticia con un e-mail corto, casi protocolario mandado a Florentino Pérez y a su director general, José Ángel Sánchez. Y lo único que recibió fue la callada por respuesta.