Messi, con todo su talento pero sin la suerte de cara

Acostumbrados al tremendo caudal goleador de Leo, que sumaba 16 dianas en 12 encuentros, sorprendió que ayer se quedara sin ‘mojar’

Juan Manuel Díaz

Su partido fue de notable alto, con algunos momentos sublimes, como su jugada con Andrés Iniesta para el 1-0, o el slalom dentro del área que después de caminar sobre la línea de cal, finalizó con una suave rosquita al poste. Pero Leo Messi no marcó y este detalle se convirtió en noticia, no por trascendente, sino por inusual.

Messi tenía ganas de Champions y de gol, como el resto del equipo, y se le notó desde el primer minuto de juego. Hiperactivo en todo el frente del ataque, asistió a Iniesta para que el manchego marcar un soberbio gol tras un regate mágico. Leo ya suma diez asistencias, tantas como las que dio en toda la temporada 2009-10.

Una buena muestra de que sigue creciendo como jugador y es tan capaz de inventar goles como de marcarlos... excepto ayer.

No fue el día del número 10 blaugrana de cara a puerta. Probó el disparo en siete ocasiones, tres en el primer tiempo y cuatro en el segundo. Justo antes del descanso, envió un lanzamiento de falta directa a la madera. Ya en el segundo tiempo, a los 58 minutos, arrancó con el balón pegado a la bota para buscar la línea de fondo, caminar sobre la cal, romper la cintura a unos cuantos defensores y finalizar una acción de ensueño con una suave rosca que se estrelló otra vez en el poste de la meta de Cech.

A esas alturas, Leo parecía obsesionado con lograr el gol. Acostumbrado a un promedio brutal pues en este curso cada cuatro remates firma una diana, medio Camp Nou se tiraba de los pelos incrédulo. Para colmo, Aleksandar Stavrev tampoco quiso señalarle un par de penaltis y el propio Messi no se quiso tirar en otra acción. Al menos le quedó la satisfacción de que el gol de David Villa también nació de una jugada suya en la que Limbersky le birló el remate, una vez más.