"Mathieu era introvertido y a veces enervante "

Un héroe. Eso es Jérémy Mathieu para los chavales de Froideconche. Pero también, para los compañeros y los técnicos con los que compartió vestuario durante sus etapas en el Sochaux y el Toulouse, un profesional modélico que consiguió superar su carácter tímido introvertido con un amor loco por el fútbol y una determinación de hierro.

Así lo explica Gilles Santalucia en un excelente perfil elaborado para el diario francés ‘L’Est Républicain’ en el que recoge el orgullo de paisanos y ex compañeros cuando comprueban, pegados a la pantalla del televisor, que el pequeño Jérémy se ha hecho un lugar en el FC Barcelona semifinalista de la Champions, autor de un gol decisivo en el clásico frente al Real Madrid. 

Froideconche es una pequeña comuna francesa del departamento de Alto Saona de la región del Franco Condado, en el distrito de Lure y cantón de Saint-Sauveur. Una presentación casi más extensa que su población: 1.987 habitantes en el censo de 2012. Ya de niño, recuerdan en el artículo, Mathieu aseguraba -¡en las clases de castellano!- que su deseo era convertirse en futbolista profesional.

“En Froideconche y en la zona, todo el mundo conocía a Jeremy. Llegabas al estadio y él estaba allí. Era un buen chico, tímido, sin duda, pero respetuoso. Ya se veía que vivía para el fútbol ", recuerda Thierry Poulet, ahora presidente del Club de Haute Saônois y entonces árbitro.

Otros, como Christian Walgenwitz rememora que Mathieu "no era exuberante, más bien introvertido y a veces enervante para un entrenador que siempre espera más de sus jugadores. Pero recuerdo que un día, cuando en un disparo, golpeó  y anotó directamente con su super pie izquierdo ".

ANTIVIOLENCIA

Aziz Bouras, ayudante de Guy Lacombe, entrenador de Jérémy en el FC Sochaux (FCSM) entre 2002 y 2005, comenta que "había que presionarle para que actuara con violencia. A veces parecía adormilado, pero tenía una relación sin problemas con todos sus compañeros”. Y rápidamente añade: "Cuidado, en el vestuario sabía bromear. Pero su fuerza era disfrutar del fútbol. Escuchaba a los veteranos hablar sobre partidos".

Un compañero de equipo en el FCSM, el ex delantero Pierre-Alain Frau, admite que "me preguntaba si (Mathieu) podría cuajar. Tenía miedo de que aquel futbolista prometedor se bloqueara por culpa de esto", en referencia al carácter reservado de Jérémy.

En el artículo otro compañero en el Sochaux, Omar Daf, dice con ironía: "Nunca decía nada. Recibía golpes en los entrenamientos porque en aquella época eran ‘calientes’, pero no se inmutaba (risas). Nunca, nunca se quejó".

Estos testimonios no contrastan con lo que se ha comprobadoen Barcelona sobre la forma de ser de Mathieu. Jérémy es profesional discreto, entregado... Aunque también sin pelos en la lengua. Quizás suela ser de pocas palabras porque no le resulta sencillo ocultar lo que piensa o lo que ve.

POCAS PALABRAS, PERO SIN TAPUJOS

Así, al poco de llegar al Camp Nou reconoció abiertamente que de vez en cuando se fuma un pitillo. También recordó que le habían traído para jugar de central y que no veía claro que Luis Enrique Martínez lo situara como lateral izquierdo (aunque después matizó su opinión). Igualmente, fue el que confirmó públicamente lo que ya había publicado la prensa: que Luis Enrique y Leo Messi se habían discutido.

Así, no es extraño que en Froideconche, en Sochaux o en Toulouse hablen de "un profesional ejemplar" y destaquen "la admirable carrera, fantástica", en boca de Christian Walgenwitz, de un chico humilde. "Nos damos cuenta de la suerte que hemos tenido por haberlo tenido en nuestro club cuando se ven aparecer las camisetas del Barça sobre las espaldas de nuestros chicos”, cierra Thierry Poulet en el artículo de 'L'Est Républicain'. 

Su carrera en el Valencia CF, en el FC Barcelona y en la selección francesa han premiado una vida dedicada a un sueño, la del introvertido Jérémy Mathieu.