Nuevo libro

Johan antes de ser Cruyff

'El joven Cruyff' (Ediciones B) ahonda en el sueño de infancia de un joven holandés volcado en su mayor diversión: el fútbol

Dídac Peyret

Johan antes de ser Cruyff. Esa es la premisa con la que nace `El joven Cruyff¿ (Ediciones B), una novela que narra y fabula sobre un imberbe holandés de nueve años impaciente por ingresar en el Ajax que más tarde se convertiría en leyenda. Jan Eilander, escritor, realizador y cantante, es el culpable de un libro que no tiene la pretensión de ser un perfil preciso de la infancia de Johan, pues el autor se toma la licencia de juguetear ¿fantasía mediante¿ con la información de primera mano de la que dispone.

El resultado es un retrato que nos lleva al sur de Amsterdam y ahonda en el entorno que configuraron la personalidad de uno de los personajes más apasionantes del mundo del fútbol. Cruyff aparece como un niño que ya cuenta con ese punto de irreverencia que siempre ha caracterizado su personalidad. De pequeño ya tenía su propia visión de las cosas y sus profesores no tardaron en darse cuenta que no convivía bien con la autoridad.

Johan tenía entonces el fútbol entre ceja y ceja y una frustración: con nueve años todavía no podía entrar en el Ajax, el club de sus sueños. A la espera de llegar a la edad necesaria para enrolarse en el fútbol formativo `ajacied¿, se formó en las calles, una escuela formidable para él y el lugar donde descubrió el fútbol más puro.

Eilander retrata un niño con poco interés por los estudios, un asunto que preocupaba especialmente a sus padres, ambos propietarios de una tienda de frutas y verduras. La imagen primeriza del holandés, además, no invitaba a pensar en un futuro con estrella. “Johan pensó que eran todos muy pesados con su salud. Parecía un pobre hambriento. Y era el chico más canijo con el esqueleto más liviano del barrio. Y era todo piel y huesos”, recuerda Eilander. Pero la realidad es que “se pasaba el día corriendo de un lado a otro y jugando al fútbol, incluso cuando llovían chuzos de punta. Y en las carreras de cien metros superaba a chicos mayores y los esperaba en la meta rascándose la nariz”. Durante un tiempo, explica, algunos pensaron, incluso, que era víctima de la Gran Hambruna, ya que había nacido dos años después de que se terminara la Guerra Mundial.

Cruyff siempre fue muy precoz y encontraba mucho más estimulantes los desafíos que aquellos retos que entendía fácilmente asumibles. Su aspecto endeble contrastaba con un carácter fortísimo y una habilidad en el campo que rápidamente asombró en el Ajax, el club en el que ingresó con diez años. Dos años más tarde, el mismo día que se despedía de la escuela primaria, su padre moría. Este golpe no impidió al holandés persistir en su sueño de llegar al profesionalismo con el Ajax y convertirse en un ilusionista en el campo, donde el engaño y la pausa marcaron su fútbol.

Así lo subraya Eilander cuando recuerda su juego: “Cruyff ha dejado atrás a todos sus oponentes. Y se sumerge de nuevo en la niebla. Cruyff se ha ido, se ha desvanecido. Al otro lado del campo le espera el portero madridista, que sale de su arco. Sí, ahí lo tiene de nuevo, es una sombra amenazadora [...].