El deporte ruso está podrido, según el Informe McLaren

Atletismo

Richard McLaren atiende al aluvión de periodistas tras presentar la segunda parte de su informe / sport

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Más de 1.000 deportistas rusos de 30 federaciones nacionales -entre ellas, fútbol- involucrados en prácticas de dopaje’; ‘El equipo olímpico de ese país corrompió los Juegos de Londres 2012 hasta límites insospechados’; ‘El dopaje en Rusia fue una cuestión de Estado’... Y así, hasta el hartazgo.

Ante esa noticia, estupor en la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), incredulidad en el Comité Olímpico Internacional (CIO) y vergüenza entre las autoridades rusas que este viernes echaron mano del manual ‘Diplomacia para Principiantes’ con la oscura (y estúpida) intención de atenuar el impacto de esta bomba de racimo lanzada por el abogado canadiense Richard McLaren mediante un informe que dejó ‘a la madre de todas las Rusias’, al gobierno del Kremlin y a la mismísima KGB (ahora FSB) sin aire. Conclusión: Rusia y dopaje. Ambos términos van unidos de la mano desde no se sabe cuándo. Lo que sí se sabe es que el deporte ruso está podrido y que pasarán muchos años antes de que recupere su credibilidad. 

La segunda parte de ese documento presentado en Londres fue, como se esperaba, devastadora para Rusia. El jurista canadiense aseguró: “Podemos confirmar que existió un encubrimiento que comenzó en 2011 y que se mantuvo hasta después de los Juegos de Sochi. Un encubrimiento que evolucionó hasta unos niveles sin precedentes”, dijo.  

Culpables, todos

Sin excepción. A saber: “Esta conspiración institucional existió entre deportistas auspiciados por oficiales rusos del ministerio de Deporte y con el apoyo de la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA), el CSP (Centro de Entrenamiento de los Equipos Nacionales) y el laboratorio de Moscú. Estos deportistas no actuaron solos, sino dentro de una infraestructura”, matizó. 

En el primer informe McLaren que desembocó en la exclusión de los atletas rusos de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Río 2014 ya quedó claro que los laboratorios de Sochi y Moscú -supervisados por el ministerio de Deportes- encubrieron el uso de sustancias dopantes.  Pues bien, el responsable del informe aseguró que el Estado ruso empleó ese mismo sistema durante los Juegos de Londres 2012, el Mundial de atletismo de 2013 y los Juegos de Invierno de Sochi 2014.  McLaren añadió que más de 500 controles positivos se hicieron pasar por negativos, en un “encubrimiento que evolucionó hasta unos niveles sin precedentes” y cuya extensión “probablemente no podrá ser nunca plenamente establecida”.

Rusia “actuó deliberadamente”, prosiguió McLaren que admitió: “es imposible saber hasta hace cuánto tiempo se remonta esta conspiración y cuánta gente está involucrada”, aunque remarcó que “durante años, las competiciones internacionales han sido manipuladas por los rusos”.

Todo por las medallas

Hace apenas tres días, el CIO prolongó las sanciones contra Rusia “hasta nuevo aviso”. McLaren rehusó comentar si ese país debería participar en los próximos Juegos y organizar el Mundial de fútbol de 2018. El problema es que “el deseo de ganar medallas sustituyó su moral colectiva, su límite ético y los valores olímpicos del juego limpio”. A la pregunta de: ¿se puede confiar en Rusia?, McLaren dijo: “sí, sí que se puede aunque ha de llevar a cabo una reforma importante. He estado hablando con oficiales rusos en los últimos meses y sé que tienen en mente un programa muy importante”, concluyó.