Inicio Noticias & Blog ¿Qué le podemos decir a una atleta de 16 años?

¿Qué le podemos decir a una atleta de 16 años?

Llevamos años en esto y solo le pedimos a Xela Martínez que nunca pierda esa sonrisa. Será señal de que las cosas, pase lo que pase en la pista, le van bien. Y eso es lo que importa.

En la final de 3.000 del Campeonato de España de pista cubierta, Solange Pereira (32 años) doblaba la edad a Xela Martínez (16).

En la meta Pereira (9’17”) fue la ganadora y Xela la última clasificada, a una distancia sideral.

Podemos preguntarnos, a partir del resultado, qué necesidad hay de meter a una niña de esa edad en una final como ésa: si no hay nadie para impedirlo.

Yo no responderé a esa pregunta (porque desconozco la respuesta) y su entorno tampoco responderá en voz alta.

– Hablaría contigo encantado -me dijo Manuel Hurtado-, pero sobre Xela, creo que no debo, porque ella no habla, sus padres no hablan y su entrenador tampoco, por lo que creo que yo también debo respetar su decisión.

Nada que objetar. Manuel hace lo que debe hacer.

Pero es que la intención de este artículo no es plantear soluciones. Ni siquiera resolver preguntas.

Sólo quiero reflexionar de otra forma, haceros partícipes de todo esto que se me ha ocurrido pensar.

Y en este viaje haré preguntas más y menos amables.

La primera pregunta ya la hice: ¿qué necesidad tiene Xela de meterse en un fregado como ése?

Cualquiera de vosotros podrá contestarme que Xela, a los 16 años, sale de este campeonato con la mejor marca española sub 18 y sub 20 de todos los tiempos en 3.000: 9’14”.

Y lleváis razón.

El mérito es infinito: atletas con tres y cuatro años más que ella han sido incapaces de hacer esa marca.

No cabe duda que Xela es un talentazo, una entre un millón en estos tiempos. Y, para qué vamos a negarlo, nos hace ilusión escribir de gente excepcional.

Nos hace sentirnos diferentes.

Y por eso ahora está aquí uno escribiendo de Xela Martínez y de lo que significa, “Xela, digan lo que digan, no pierdas esa sonrisa”, le escribía Rosa Gómez Juan en Twitter.

Y en ese escenario lo más humano quizás sea no poner precio al futuro.

– Mientras Xela disfrute tanto corriendo como nosotros viéndola correr, estupendo – añadía Miguel del Pozo.

Xela aún es una niña: tiene cara de niña, físico de niña.

Y, sin embargo, ya ha estado en un Campeonato de España absoluto.

Y con una sonrisa que a esa edad es casi un milagro en la cámara de llamadas.

Jamás se me ocurriría preguntarle a su entrenador si la puede quemar porque sería una pregunta ofensiva, dudar de los conocimientos de un hombre que tiene un título.

Sé que habría gente que le haría esa pregunta, aunque también tengo la sensación que la aparición de Jacob Ingebrigsten, a los 16 años, ha puesto freno a esa clase de preguntas.

Xela nos ha regalado esta increíble oportunidad de hablar de ella este invierno, de una adolescente entre mujeres: el presente nos ha prestado sus ojos.

El próximo año Xela seguramente ya no tendrá este físico que nos parece tan enclenque: ensanchará, madurará físicamente (la vida es así).

A partir de ahí,  ¿qué se puede decir? ¿qué necesidad hay de buscar ejemplos, de establecer comparaciones? Creo que viajaríamos a ninguna parte.

Pase lo que pase en el futuro, lo de este invierno no lo olvidaremos.

Xela se ha convertido en el espejo para los jóvenes de su generación a quienes podría contarles algo más.

Alejandra Gálvez, que es una atleta que sigue competiendo con más de 40 años en Campeonatos de España absolutos, se fue a buscar ayer a Xela en Ourense:

– Quería hacerme una foto con ella.

Alejandra fue a buscar a una niña que podría ser su hija.

– Pero esta niña es especial – añadió Alejandra, que es médico del aparato digestivo en el hospital de Almería.

Por eso lo mejor que podemos hacer es vivirla, disfrutarla, no construir planes y, si seguís teniendo dudas, recordar que Ansu Fathi debutó con el primer equipo del Barcelona a los 16 años.

Que la edad no siempre es un tope.

Y no quiero ser repetitivo. Podía haber preguntado a médicos, científicos,  entrenadores para realizar este artículo y, sí,  está claro que hubiese trabajado más y que hubiese hecho trabajar más al teléfono.

Pero hoy quería hablar de emociones y de lo que hemos sentido este fin de semana.

No quería hipotecar este artículo al futuro y a la imprescindible ley de los resultados.

Si han de llegar llegarán: los mas interesados imagino que son Xela y sus padres y sus entrenadores.

Y, de momento, ellos habitan en un planeta en las antípodas de la popularidad (el silencio), que es de valorar y que te habla de gente de buenos y muchos principios en estos tiempos en los que pesa tanto subir una foto a Instagram.

Y, para terminar, una última cosa: abran la cuenta de Twitter de Xela Martínez.

Y en la puerta de entrada les recibirá una frase que es uno de los puntos cardinales de la vida:

– El respeto es lo primero.

Lo escribe una niña que cuando lo escribió tenía 15 años.

 

 


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