Parece que ha nacido una estrella. Por lo menos es lo que indica un ritmo endiablado y una plusmarca mundial que tenía una antigüedad de 46 años. Sí, lo han leído bien. Todavía quedan registros tan antiguos a pesar de la evolución del atletismo y la irrupción de estas zapatillas mágicas que están acabando prácticamente con todas las mejores marcas del fondo y del mediofondo.
Medio siglo de historia
El joven australiano de tan solo 15 añitos Hayden Todd puso patas arriba las ACT Summer Series del país ‘aussie’ con la mejor marca de la historia mundial (y obviamente de su país) en los 1.000 metros. Paró el crono en 2.25.70, mejorando en dos segundos el anterior registro australiano (2.27.70) en poder del olímpico en Sidney’00 Michael Power.
Más allá de eso, hay que remontarse a 1974, cuando el germano (de la por aquel entonces RDA) Andreas Busse estableció el récord mundial de 2:26:3. En un día lluvioso y ventoso en la pista de Woden, Todd hizo historia y tumbó ese registro de casi medio siglo de Busse y se convirtió en el sub-16 más rápido de siempre en esta distancia. Por su lado, la estrella australiana Jaryd Clifford, de 21 años, ganó la carrera sénior con una marca de 2.23.09 (cabe recalcar, por ejemplo, que el Récord de España de la distancia está en posesión de Fermín Cacho con 2.16.13).
