Sin duda, para los australianos afincados y entrenando en su país de origen competir en Europa o en países del hemisferio norte es todo un desafío. Es algo con lo que deben lidiar cada verano, pero no por ello esa transición se hace menos dura. Uno de los atletas ‘aussies’ más de moda ahora mismo es Stewart McSweyd, quien aguantó hasta la misma línea de meta en el carrerón de 1.500 que vivimos en Estocolmo a los dos titanes del momento: Timothy Cheruiyot y Jakob Ingebrigtsen. Una carrera en la que, por cierto, volvió a brillar el español Jesús Gómez tras lograr en Mónaco una semana antes su marca personal en la distancia.
Volando en el ‘milqui’
El keniata se impuso en la capital sueca con un registro de 3.30.25, cinco décimas por encima de su gran rival actualmente, el hermano menor de los Ingebrigtsen que se quedó en 3.30.74. Menos de un segundo después (apenas siete décimas) llegaba, prácticamente pegado, este australiano de 25 años. Un McSweyd que fue entrevistado tras la carrera, en la que logró mejor marca personal (3.31.48) y dejó varios titulares para que nos hagamos una idea también de los hándicaps con los que deben lidiar los atletas que entrenan en la otra punta del mundo ahora.
Los hándicaps
“Estoy contento con mi actuación, obviamente. Mónaco fue mi primera carrera internacional y fue duro para mí tener que hacer 20 horas de avión. Me sentí bien en la pista y pensaba que tenía mucho dentro de mí por dar, pero cuando Timothy empezó a tirar me dí cuenta de que no estaba tan bien como creía. Es una marca personal igualmente y estoy feliz”, asegura el australiano, quien añade que “cuando dejé Australia había un confinamiento total, el tema del clima (estamos a menos de 10 grados allí)…Todo va hacia la dirección correcta y tengo mucho margen todavía para crecer”.
MsSweyn explicando su previa a Mónaco (13:13 en 5000). pic.twitter.com/88uHFo40uM
— Óscar Fdez. (@gabyandersengz) August 23, 2020
