Mariano García es el nombre del mes. Del año, vamos. Por lo menos en cuanto a atletismo español se refiere. El murciano logró la medalla de oro en los Campeonatos del Mundo de Belgrado. Hizo un carrerón en la final del 800 y acabó por delante del jovencísimo keniata (17 años) Noah Kibet. La ‘moto’ (ese gesto tan característico que hace antes de las carreras y también cuando gana) estaba más engrasada que nunca y dio a España la segunda medalla de oro de su historia en un Mundial bajo techo. Casi nada.
Y, como buen hombre del año, Mariano ha atendido a la prensa. Ya lo hizo tras la misma prueba para los medios acreditados y ahora ha hecho ‘tournée’. Lo más singular de este atleta campechano y humilde es que sigue entrenando en una pista de tierra en su pueblo, en Cuevas de Reyllo. Sin Centros de Alto Rendimiento ni muchas sofisticaciones, el murciano ha sido campeón del mundo.
Cómo lo celebró
“No tenía una táctica en la cabeza pero cuando vi al canadiense (Marco Arop) salir encendido me dije que si yo seguía ese ritmo iba a pegar un petardazo como me había pasado en el Meeting de Madrid del World Athletics Indoor Tour Gold. Por eso tuve la cabeza fría, me puse atrás y logré que mis rivales se pusieran nerviosos porque no me tenían controlado. Luego fue el momento de ir remontando puestos hasta ponerme en cabeza a falta de 100 metros”, ha comentado para ‘Marca’.
El ‘lujo’ tras la medalla, un Nesquick: “Pues me acosté tarde, sobre las cuatro de la mañana, pero yo no bebo alcohol así que me tomé un Nesquik con leche caliente porque no tenían Aquarius. Mis acompañantes sí bebieron cerveza pero es que a mí no me gusta. He de decir que me supo a gloria y me ayudó a dormir”.
Y la parte más triste. Mariano ha comentado cómo anda de patrocinadores y lo que le pasó el verano pasado: “Este año fiché por New Balance, que apostó por mí y de momento me están saliendo bien las cosas. Nike me dejó tras quedarme fuera de los Juegos Olímpicos de Tokio por culpa de una apendicitis”.
