Se llama Emmaculate Anyango, tiene 23 años y en el pasado 10k de Valencia fue una de las grandes sorpresas. Hubiera batido el Récord del Mundo (de hecho, lo hizo) de no ser por la estratosférica carrera de Agnes Ngetich. Anyango paró el crono en unos estratosféricos 28:57 con apenas 23 años de edad. Fue segunda, tan solo superada por la mencionada Ngetich, que se hizo con la plusmarca mundial con una marca de 28:46.
Emmaculate forma parte del Elite Running Team y su progresión ha sido fulgurante. En 2019 su marca personal en 10k era de 34:11 (en la altura de Eldoret, eso sí). Tenía 18 añitos. En 2022 la mejoró hasta los 33:50 en Johannesburgo, Suráfrica. El año pasado, en un circuito rapidísimo como el de Lille (Francia) se fue hasta los 30:01. Y en Valencia, hace un par de semanas, rompió la banca con esos 28:57. La segunda mejor marca de la historia. De hecho, Anyango hizo Récord del Mundo también en la Ciudad del Turia, puesto que mejoró la plusmarca mundial anterior de Yehualaw (29:14 en Castellón).
Sesiones de madrugada
En una entrevista para ‘World Athletics’ antes de participar en el Mundial de cros que se disputará en Belgrado. “Creo que batir el récord mundial en Valencia me ayudó a alcanzar mi punto máximo”, explica. “Después de esa carrera, sentí que estaba alcanzando otro nivel de condición física”.
Anyango no contó con el apoyo de su familia cuando decidió empezar a correr, porque nadie creía que tuviera el talento. Pero ahora su familia se da cuenta de que ella puede lograrlo y eso la ha hecho querer lograr aún más. Cuando se mudó a Iten, encontró una gran comunidad de corredores que entrenaban junto a ella, ofreciéndole el trabajo en equipo que tanto necesitaba en carreras largas y otros entrenamientos. Sin embargo, a menudo todavía se reserva algo de tiempo extra para entrenar antes de unirse al grupo más tarde ese día.
“A veces, hago mi propia carrera de entrenamiento sola a las 3 de la mañana y luego me uno al resto del grupo para el entrenamiento de las 9 de la mañana”, dice Anyango. Al tener las condiciones ideales para entrenar bien, Anyango se juró a sí misma que siempre haría todo lo posible para sobresalir y ser el sostén de su familia en Litein, Kericho.
“Ahora soy como un padre y una madre para toda mi familia en Litein, Kericho. Eso incluye a mi madre y a mis cinco hermanos”, dice Anyango, que tiene un hermano y cuatro hermanas. “Soy un padre para todos ellos y estoy feliz de serlo para ellos. Son parte de lo que me motiva a trabajar. duro en mi entrenamiento”.
