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La foto que no motiva

A través de esta fotografía anónima, sólo pretendo explicar que el atletismo merece más difusión: una plata como la del Europeo de Samorín sería portada en ‘France Football’, la Biblia del periodismo.  

Esa foto me motiva a escribir esta vez. Fue en Alcobendas hace un par de domingos. Hasta es posible que el padre tratase de convencer al niño del valor de esa fotografía con un atleta de esa categoría. Pero ése quizás sea el problema de nuestro atletismo retratado en lo que pasó el domingo en el Europeo de cross de Samorin. Si no hay propaganda no hay milagros. Si hay telediarios en los que se dedica más tiempo a la carrera de Papa Noel en Madrid que a la medalla de plata de un atleta español no puede extrañar que a ese niño le cueste poner nombre y apellidos a Mechaal. Hay veces en las que uno merece más: un espacio que patrocine su mérito y que lo desplace de este a oeste de la península. Tampoco se trata de forzar a nadie a decirle ‘te quiero’, sino de colocar su hazaña en el mapa, de despertar la curiosidad o de darse cuenta de lo que cuesta llegar hasta ahí.

En realidad, hablamos de un deporte como el atletismo, que no es un deporte recién llegado y de un área como el cross que figura en nuestra personalidad, en nuestros campos y en los anales de nuestra historia. Quizá haya sido casi siempre así. Quizá la publicidad nunca ha concursado en el campo a través: da igual que haya barro, temperaturas bajo cero y que el éxito proceda de un escenario tan romántico como esta vez, a orillas del Danubio. Si hubiese sido de oro la medalla de Mechaal, me parece que tampoco hubiese abierto los deportes de ningún telediario. No hay forma, por lo tanto, de llegar a personajes a los que apenas se conoce. Ni de amarlos ni de odiarlos. Ni de explicar su mérito a toda esa parte de la ciudadanía que no sabe ni que existen las carreras de campo a través y que posiblemente lo agradecerían porque esas carreras son un reflejo de la vida: la agonía y la ambición se reparten casi a partes iguales. No hay término medio. El último kilómetro tarda en llegar como las vacaciones de verano.


“El mérito de los deportistas también depende de su difusión y siempre será imposible idolatrar al que no se da a conocer”.

Hoy, lo último que pretendo es hacer apología de Mechaal. No sabría ni cómo hacerla siquiera con un pasado lleno de tantos contrastes. Pero sí quiero insistir en que su plata merece más, porque es tan difícil llegar hasta el último minuto de un Europeo de cross, con opciones de ganar, como que le toque a uno la lotería de Navidad. Hasta me siento en el deber moral de explicar que un atleta de esa clase surge una vez cada 25 años y que no realzar estos momentos, a los ojos del gran público, es sacrificar una oportunidad de reconocer a un deporte como el cross viejo, milenario. Máxime porque en este caso se trata de un personaje que no consiente la indiferencia como Mechaal, siempre entre dos mundos que no ayudan a firmar un tratado de paz con él. Por un lado, el atleta y su manera de correr, valiente, prodigiosa. Por otro lado, ese lenguaje suyo, capaz de parecer el vivo retrato de Cristiano Ronaldo en esa última entrevista que le hicieron en ‘Marca’ y que no olvidaremos fácilmente. Al menos, nosotros, la mayoría de los humanos, alojados en la clase media, que confundimos tanta seguridad en uno mismo con un narcicismo del que se puede prescindir. Pero quizás por eso Mechaal también merezca una entrevista en el programa de Chester cualquier domingo por la noche. Sobra personaje.

Sea como sea, hay que sacar de la periferia a una medalla de plata en un Europeo de cross: tanta discreción es desaconsejable. Da igual que sea temporada alta o baja. Al final, siempre hay un momento en el que da igual en la vida. El deber del éxito es el de compartirlo en masa. Si yo no fuese un fanático de esto, acepto que tal vez hoy no escribiría así. Pero he tenido esa oportunidad. He tenido esa idea por culpa de esa fotografía que aún tengo en el móvil y que me recuerda la indiferencia con la que ese niño celebró la fotografía. Quizá por eso aquí uno envidia tanto a una revista como ‘France Football’ donde cualquier deportista puede ocupar la portada completa. Mechaal lo hubiera hecho esta vez. Y entonces ese niño, mi querido Andrés, tal vez hubiese acogido esa foto con la misma pasión que si el atleta fuese un futbolista del Barcelona o el Atlético de Madrid. Porque el mérito de los deportistas también depende de su difusión y siempre será imposible idolatrar al que no se da a conocer. Y hay gente, con los resultados en la mano, que merece ser mucho más conocida.

@AlfredoVaronaA 


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