En una de las últimas balas para lograr la mínima para el maratón olímpico, Praga ha vivido una nueva edición del ‘RunCzech’, este maratón también denominado como ‘Battle of the Teams’, una batalla por equipos en la que han formado cuatro conjuntos de ocho atletas cada uno y en la que solo podía haber un ganador individual y un equipo en lo más alto del podio masculino y femenino. La salida se ha realizado desde el mítico Puente de Carlos de la capital checa.
La prueba masculina se la ha llevado el keniata Benson Kipruto con un tiempo de 2:10:16 después de un ataque a falta de cinco kilómetros. Le ha sacado 10 segundos al segundo, su compatriota Dickson Chumba. En un curioso sistema por puntos, contaban los seis mejores atletas clasificados de cada equipo y los tiempos se convertían en puntos. El tercer clasificado en la prueba masculina ha sido el también keniata Norbert Kigen con 2:10:27.
Reinventarse para sobrevivir
Se da el caso que Benson Kipruto es uno de los muchos atletas africanos que durante el confinamiento y los largos meses sin competiciones tuvo que buscarse la vida para salir adelante y se dedicó a vender lecha casa por casa con las cuatro vacas que pudo comprar con el dinero ahorrado gracias a sus resultados corriendo. Kipruto, que reside en el condado de Nandi, vendía el litro de leche a 0,43 euros y se sacaba una media de 17 euros al día para poder ir tirando. No ha sido el único atleta que ha tenido que aparcar el atletismo por un tiempo en los países africanos.
Por ejemplo, la plusmarquista mundial de 3.000 obstáculos Beatrice Chepkoech estuvo trabajando en la plantación de té de sus padres ayudando al negocio familiar. Por su lado, el campeón mundial sub’20 de 10.000 metros Rodgers Kwemoi trabajaba en el cultivo de maíz de su granja mientras espera que todo vaya volviendo a la normalidad.
