Exhibición del francés Yann Schrub en el Campeonato de Europa de cross que se disputó en Bruselas. El pasado domingo con su primer oro absoluto continental en esta modalidad y ha atendido a la página web de la Federación Francesa de Atletismo para hablar de su hazaña.
“Realmente me dirigía hacia lo desconocido en este recorrido, no sabía lo que valía, porque hacía mucho tiempo que no corría por un terreno tan blando. Además, con mis entrenadores habíamos realizado las últimas sesiones sin marcadores de tiempo. Cuando no sabes si estás en 2’50” o 3’10” por kilómetro es difícil proyectarte”, asegura Schrub.
Favoritos descolgados
¿Cómo había proyectado la carrera? “Con tanto barro, no puedes farolear si estás un poco peor, como en la pista o en la ruta. Al principio no tenía mucha confianza en mí mismo, no era una estrategia dejar que Bastien (Augusto) liderara. Había ideado un escenario en el que ocho de nosotros íbamos a luchar en los últimos 500 metros y funcionó desde el principio. Me sorprendió no ver a Kimeli, Crippa, Hugo (Hay) y Fabien (Palcau). Miré hacia atrás preguntándome por qué no estaban todos allí”, añade.
“Lo de Jakob lo cambió todo”
La no participación de Jakob Ingebrigtsen cambió las cosas: “¡Lo cambió todo! No es ser derrotista decir que cuando él está ahí no es lo mismo, porque es muy fuerte. Cuando supimos que estaría ausente, unos diez de nosotros no dormimos esa noche. Todos nos dijimos: “Es posible”. En tu cabeza, instintivamente, haces planes de carrera. Y ahí, sin Jakob, ya no tienes seguridad, todos están más o menos al mismo nivel. Terminas pensando: “¿y si eso?” “y si esto? “Igualmente, al inicio de la carrera, te encuentras entre los raros competidores presentados por el locutor y comprendes que realmente eres considerado un favorito”, comenta.
“En los últimos dos meses fuimos a Font-Romeu a entrenar durante tres semanas, fue la primera vez que fui a la altura, y a Vittel durante una semana. Ampliando al año pasado, también estaban Sudáfrica y Portugal. Al hacer dos sesiones al día, batí fácilmente mi récord de kilometraje en una semana hace un mes. Pasé de 90 a 130 kilómetros de media. Dio sus frutos en Bruselas”, explica Schrub.
