A las 13:00 (22:00 hora peninsular española) del domingo 17 de julio. Con unas temperaturas que podrían rondar los 27-30 grados. Ese es el momento. El Mundial de Eugene. Lo que tiene grabado a fuego en la cabeza Carlos Mayo. El aragonés partió rumbo a Estados Unidos el pasado 27 de junio junto a gran parte del equipo de marcha. Raquel Sánchez, Laura García-Caro, Marc Tur. Concentración de 21 días sobre el terreno para habituarse al clima y a lo que van a encontrarse en apenas unos días compitiendo. Muy buena oportunidad, sin duda.
Y desde allí, desde Boulder, en Estados Unidos, el atleta maño, finalista olímpico en los Juegos de Tokio, nos cuenta con pelos y señales cómo ha enfocado estas dos semanas previas. Cómo está gestionando la carga, el volumen, la evolución de los entrenamientos. Sabe que tendrá rivales durísimos. Keniatas, etíopes, ugandeses. La estrella local Grant Fisher. Pero tiene muy claro que va a hacer su carrera, la tiene dibujada en la cabeza y no suele fallar cuando llega el día de competir.
Doblando de lunes a viernes
“Estamos aprovechando este stage por acumular mucho trabajo aeróbico, cambios largos con muy corta recuperación. Muchos kilómetros y entrenamientos. Por ejemplo, esta semana he doblado todos los días de lunes a viernes, la pasada descansé el lunes por el viaje pero doblé cuatro días. La semana pasada mucho entrenamiento de adaptación, muchos rodajes, mucho trabajo de fuerza en el gimnasio. Meto entre 2-3 días de gimnasio a la semana con transferencia de cuestas. Como trabajo explosivo. La semana pasada hice algún entrenamiento más de calidad, con cambios de ritmo. También una tirada larga de 26km el domingo en progresión”, nos explica Mayo desde Boulder (Colorado).
“El entrenamiento de este pasado martes ejemplifica un poco todo lo que estamos haciendo. Fueron seis cambios de nueve minutos recuperando 55”. Al haber tan corta recuperación los ritmos eran de 3’/km, en altitud. Luego me puse los clavos e hice los 400 en la pista, me salieron en 59″. La idea es acumular trabajo aeróbico hacia arriba y hacer base para llegar a Eugene a una carrera que será seguramente rápida. Por debajo de los 28’. Es como espero llegar. Y metiendo los estímulos finales para no perder la chispa”, añade el maño.
“La próxima semana tengo un entrenamiento más típico el lunes, el último más o menos fuerte. Siete series de 900 metros recuperando un minuto. La idea es hacerlo a ritmo de carrera, a 2:42/km, que en altitud se va a notar bastante. Objetivo ir por debajo de mi marca personal. El jueves es el último entrenamiento que tengo para mover piernas y activar cuerpo”, detalla acerca de esa bajada progresiva que hará antes de competir.
Adaptación al entorno
“La adaptación al principio dura porque fue un viaje muy largo, llegamos muy cansados. Fue todo rodado, eso sí, más o menos cómodo, sin escalas muy largas. Dormí bien en el viaje. Al llegar aquí lo que pasaba es que por las mañanas estabas bastante bien pero por la tarde es cuando venía esa hostia de cansancio. A partir del tercer día empezaron a mejorar las sensaciones. Los caminos son espectaculares aquí. Hay uno a 500 metros del hotel que no tiene fin. Es todo terreno de tierra, de gravilla, es bastante amortiguada, muy cómodo para mí. Hay bastantes pistas, tres opciones, todas a menos de 15’ en coche del hotel. En concreto una en la que entrenan los marchadores, una vuelta de 4km de asfalto. Para hacer entrenamientos que combino con parte de pista me viene perfecto. Sacándole bastante provecho a la zona”, narra el finalista olímpico, mejor debutante español de la historia en medio maratón.
Así es su día a día en Boulter
“Al principio madrugaba bastante más para evitar el calor. A pesar de estar en altitud pica mucho el sol, máximas de 28-30 grados. Y al estar a 1.600 metros quema mucho y cansa, es pesado. Al principio aprovechando el cambio de horario me levantaba temprano. Pero claro, como en Eugene compito a las 13h del mediodía, serán 26-27º, estoy retrasando mis horarios para coger ese calor y adaptarme”.
“Me despierto sobre 7:30-8am, desayuno cereales, yogurt, tostadas, huevos revueltos. Tomo huevo sobre todo, buena fuente de proteínas, té negro y miel. Normalmente tomo café pero aquí es muy diluido. Siempre para competir suelo hacer desintoxicación de café para que me haga más efecto para competir. Ya me voy a hacer el entrenamiento después, sobre las 10am. Hago la sesión más intensa por la mañana. Acabo sobre 11:30-12, hago sesión de estiramientos, fisio. David está haciendo un gran trabajo con nosotros. Hago entre 2-3 sesiones con él a la semana. Dedico mucho tiempo a la prevención. Hago bañeras de hielo”.
“Normalmente sobre 12:30 he terminado la prevención, ahí estoy en contacto con la gente en España con el cambio horario, aprovecho. Luego comemos temprano, a las 13:00. Las raciones eran algo escasas al principio. Luego voy a la habitación a descansar, veo alguna serie. Hemos puesto la play ahora. Hacemos la segunda sesión sobre 17-17:30 y para las 19:00 he acabado entrenamiento y voy a la sesión de fisio. Cenamos a las 20:00 y voy a la habitación a descansar. El ambiente con los marchadores es genial”, relata.
Objetivo: Hacer marca personal
“Creo que llego muy bien de forma, puedo bajar de mi marca personal. El nivel es inmejorable, no falla nadie. Europeos estamos tres o cuatro. Crippa, Kimeli y Gressier creo. Los conozco de hace mucho tiempo. Es un privilegio estar aquí con los mejores, cada vez se está poniendo más caro. La marca del año pasado me sirvió para Tokio y para estar aquí y quiero seguir estando. Para eso tengo que mejorar la mínima. Bajar de esos 27:28 para tener mínima para el año que viene. Ojalá rondar los puestos de Tokio. Hice un carrerón allí, conseguí ser 13º y ganar a atletas de nivel muy alto. Me dejaría satisfecho estar entre los 16 mejores, puesto de semifinalista”.
Con el Europeo en el horizonte
“Tema Europeo es el objetivo principal de la temporada, por eso he metido tanta base ahora. Quiero llegar con garantías. Tendremos un mes de trabajo tras el Mundial. Me iré a Font Romeu a hacer otro stage de dos semanas en altitud y quiero mantener el aeróbico y afinar un poco más para tener ese final que me permita luchar por las medallas. Eso sí, el Europeo tiene un nivel altísimo. Me lo jugaré todo al 10.000, no tengo mínima en 5.000″. Primero, Eugene. Pero ya tenemos ganas de ver cómo llega a esa cita en Munich. El verano, sin duda, promete…
