Es uno de los grandes iconos de una de las carreras más míticas del planeta como es el Maratón de Boston. Una leyenda eterna de este ‘major’ que llora estos días el fallecimiento de Dick Hoyt a los 80′ años. A lo largo de tres décadas, desde 1980, corrió 32 veces los 42,195km por las calles de la ciudad norteamericana. Lo hizo empujando la silla de su hijo Ricky, que sufre una parálisis cerebral y es cuadrapléjico. La última carrera de Dicky y Ricky fue en 2014. Dick tenía 74 años y logró una proeza.
Un emblema
La Boston Athletic Association ha emitido un comunicado de homenaje hacia una de sus figuras más icónicas, uno de aquellos corredores que ayuda a engrandecer el nombre de uno de los maratones más emblemáticos del mundo. “La B.A.A. está tremendamente entristecida al enterarse del fallecimiento del ícono de la Maratón de Boston, Dick Hoyt. Dick personificó lo que significaba ser un maratoniano de Boston, mostrando determinación, pasión y amor cada Día de los Patriotas durante más de tres décadas. No solo era un favorito de los fanáticos que inspiró a miles, sino también un amigo y padre leal que se enorgullecía de pasar tiempo de calidad con su hijo Rick mientras corría de Hopkinton a Boston”.
Había participado en 32 ocasiones en el Maratón de Boston, pero a lo largo de su trayectoria completó 72 maratones y 252 triatlones junto a su hijo. Tenía una marca personal de 2:40 lograda en 1992. “Mi padre es el padre del siglo”, dijo Rick en 2005 a ‘Sports Illustrated’. Descansa en paz, Dick.
