Nos siguen llegando historias que nos dejan perplejos. Héroes anónimos cuyas fechorías a veces pasan desapercibidas. Uno de los últimos en demostrar que lo de la edad es una mera cifra (de acuerdo, hasta cierto límite) ha sido el escocés Alastair Walker. A sus 65 años ha sido capaz de correr un 10k en, ojo al dato, 34:32. Ya jubilado, Walker ha completado la carrera de Grangemouth a un ritmo de 3:27/km. Lo que significa, más allá de una marca impresionante, el Récord del Mundo +65.
Alastair rompió la plusmarca mundial anterior, que databa de 2012, por un minuto y cuatro segundos. A base de entrenamiento y disciplina (y mucho trabajo de compensación y fuerza), este escocés ha roto los ‘moldes’ y se está preparando para colgarse “un par de oros” en el Mundial máster de este verano en Finlandia.
Salvando parciales
“Soy de Hawick así que, como todo el mundo allí, empecé jugando a rugby. Corrí de los 22 a los 38 y luego paré. Reanudé mi actividad de running a los 58”, asegura Walker, quien añade que “estoy encantado de haber roto el récord, la verdad que estaba en muy buena forma. Era consciente en todo momento, sabía los parciales que tenía que hacer y el ritmo. Todo ha salido a la perfección”.
