Tremendo mérito lo que ha conseguido el español Sergio Chinchilla. Completar el Camino de Santiago de Roncesvalles hasta Santiago de Compostela en 17 etapas. A razón de 47 kilómetros diarios, este peregrino de 43 años, ultracorredor, ha reducido las 31 etapas habituales (20 o 25km diarios) a 17, una auténtica barbaridad. Un reto que arrancó el pasado 11 de mayo y que concluyó el pasado jueves, cuando realizó su entrada triunfal a la Catedral de Santiago. Su historia es curiosa, puesto que no empezó a correr en serio hasta 2016 y es árbitro.
Dudas y anécdotas
“He tenido muchas dudas, me lo he pasado muy bien, me he reído, he disfrutado, pero también he padecido”, admite. De hecho, en la etapa del miércoles estuvo a punto de abandonar: “No me esperaba que fuera tan dura y la alargué demasiado, porque hice casi 60 kilómetros. Vi que no podía y pensé en dejarlo todo”, comenta Sergio a ‘Nius Diario’. Gracias a una última etapa titánica de 52 kilómetros (venía de hacer 750), Chinchilla recibió el calor de su gente en la capital gallega.
“Había comenzado una etapa con un ciclista y él me adelantó. Cuando llegué a la entrada de Ponferrada había más de 30 personas que se habían juntado porque él les había contado lo que estaba haciendo. Me hicieron un pasillo y me aplaudieron. Fue increíble”, comenta Sergio, recordando anécdotas vividas a lo largo de estas más de dos semanas.
Chinchilla no terminó su andadura en Santiago, sino en Fisterra. Aún alargó su periplo dos etapas más hasta llegar a los casi 1.000 kilómetros.