Inicio Noticias & Blog Carta a Enrique Llopis: tengo un trabajo para ti

Carta a Enrique Llopis: tengo un trabajo para ti

Al final, todo quedó en un susto. Un gran susto, sí, pero recrearse en la desgracia no vale de nada. Así que tiramos para adelante.

El aroma que nos une es el atletismo, amigo. Y la energía, que nos rodea, tu recuperación.

Ya te imagino pensando en volver a entrenar.

De hecho, yo no te escribo para recrearme en la desgracia.

Ni siquiera para arrepentirse de lo que pudo ser y no fue. Ni tú eres así ni yo tampoco soy así. Al menos, a la hora de escribir, donde intento poner freno a la pena que a veces es como una pared hueca. Máxime esta vez cuando ya no tiene solución.

Así que te veo dentro de 10 o 15 años recordando con nostalgia aquel domingo en Estambul, aquella valla tan impertinente y aquel chaval de 22 años que, según los entendidos, era uno de los favoritos a medalla.

Yo, como no entiendo de vallas, para qué voy a engañarte. No es una de mis especialidades favoritas. Pero desde aquel día en el que vi como te expresabas frente a la cámara de Rubí, en una entrevista tras un campeonato de España, me pregunté a mí mismo ‘¿quién es este chaval?’ porque me gustó la naturalidad con la que te expresabas.

Al momento, tecleé tu nombre en Google y, entre todas las cosas que leí, lo que más me gustó es que te tomas esto del atletismo como si fueses un niño. Y te lo agradezco porque los niños disfrutan el doble de todo lo que les pasa. Y muy a menudo hacen las cosas sin esperar nada a cambio. Que por otra parte es la mejor manera de hacerlas.

Mira, ayer mismo leía a un periodista José Manuel Amoros en Twitter que decía que la semana pasada había hablado varias veces con tu padre y el hombre le decía que, si fuese tú, ya hubiese mandado el atletismo “a hacer puñetas”, pero que tú eres tú y que tú, Enrique Llopis, eres un tipo que siempre te levantas.

Y es lo que va a pasar esta vez, lo sabemos. El futuro está llegando y tú formas parte de él. Mira, sé que no tiene nada que ver contigo, pero te voy a contar una emotiva escena de ‘Top Gun’ que Tom Cruise comparte con Van Kilmer y en la que Van Kilmer le indica que es “tiempo de dejarlo” aludiendo a su condición de piloto de guerra. Pero entonces, con los ojos humedecidos, Cruise le contesta:

-No sé cómo.

Y, sí, ya sé que es gente de otra generación. Pero esa escena me vale para explicarte y para explicar a gente como tú y a lo que dice tu padre. Por muchos obstáculos que vuelvas a encontrarte, tú no sabrás cómo dejar este deporte. Nos queda mucho camino por recorrer: esto no ha hecho más que empezar y mejor tener desde el principio las ideas claras.

Y, puestos a poner fecha al futuro, yo lo voy a hacer. Escribiendo uno se envalentona. Sale lo mejor o lo peor de mí. Cualquiera sabe. Pero la cosa es que ahora me da por imaginarte el próximo verano, en la final olímpica de París, en la calle 4 o 5 (eso da igual) porque allí estará Enrique Llopis, que entonces tendrá 23 años, ¿qué te parece? ¿cómo lo ves? ¿turno de réplica?

Mientras tanto, no hay prisa ninguna, amigo. Las prisas retrasan.  Sé que todos somos impacientes y que está en nuestro sistema inmunitario. Pero un tipo como tú ya está acostumbrado a caerse y levantarte. Así que, a pesar de tener 22 años, ya no hace falta que te explique lo que se siente.

Seguramente, lo que ha pasado en Estambul sólo es una prueba más de que estás hecho de otra pasta. Lo entendimos el mismo domingo por la noche cuando te escuchamos en ese vídeo en el que decías que sólo había sido un susto y que la mala suerte nunca pide permiso para actuar. Ahora sólo queda darle una lección a la mala suerte (que es la lección que merece, por otra parte).

Supongo que aún te dolerá la cabeza y que hasta dentro de unos días, cuando descienda la batería de mensajes, no leerás esto que te escribo. Pero aquí no se mide la rapidez ni la impaciencia.  Al contrario: ya habrá tiempo para que algún día te llame y te haga una entrevista en la que cualquiera sabe de lo que hablaremos.

Hoy sólo quería mandarte un abrazo, compartir la alegría de que, al final, no haya sido nada y decirte que esta ha sido la mejor medalla del campeonato.

Es más, si yo hubiese sido director de un periódico tú fotografía tirado en el suelo hubiese sido la portada y ¿sabes por qué?

No por sensacionalismo ni nada por el estilo, sino porque si hubo un momento en el Europeo en el que nos dio un vuelco el corazón fue ése.

Nos dimos cuenta que una medalla es un juego de niños a comparación de un gran susto.

Dicho esto, amigo Llopis, tengo un trabajo para ti. La próxima vez medallista. No lo dudes tú porque yo (que soy el que ha escrito esto) no tengo ninguna duda.

 


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de LBDC

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí