Menuda cara se les quedó a los más de 20.000 participantes que estaban prácticamente listos y se habían levantado y desayunado pensando en correr una de esas citas marcadas en rojo del calendario atlético. Para muchos era LA CITA, puesto que muchos solo corren un maratón anual. Quizás dos. Los hay más osados, claro.
En cualquier caso, eso sucedió en el Maratón de Twin Cities, en Minnesota, Estados Unidos.
La organización suspendió la celebración de la prueba dos horas antes de que arrancara.
La hora de inicio estaba prevista para las 7am. Pero las previsiones meteorológicas marcaban que la temperatura iba a alcanzar a las 11:00 los 28 grados, cuando lo habitual en esta época es que ronde los 18. Si bien la organización había advertido a los y las corredoras del peligro potencial del calor y de las temperaturas inusitadas, la prueba se había mantenido en pie. No fue hasta el mismo día de la carrera, dos horas antes, que emitieron el comunicado al haber alcanzado el estado de ‘bandera negra’ (que significa “condiciones extremas y peligrosas”).
Las reacciones
“Triste y patético, cancelemos todas las carreras porque están fuera del nivel de comodidad de la gente”, dijo un corredor. “Qué pérdida de tiempo para todos tomar una decisión de último momento como ésta”, dijo otro.
Sin duda, el descontento fue mayúsculo al haber muchas personas que habían hecho desplazamientos larguísimas para correr.
De hecho, algunos lo hicieron igualmente por su cuenta.
