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El ansia de protagonismo de los jueces en los mundiales de atletismo de Birmingham 2018

AP / ALASTAIR GRANT
El resultado es que ya no siempre gana el mejor. Una de esas extrañas reglas que nos ha enseñado este Mundial de atletismo, donde el verdadero juez fue uno que no ha estudiado para ello: Pavel Maslak. “No tiene sentido ganar así”. 

No fue el Mundial de Niyonsaba. Ni de Peleteiro. Ni de Tefera. Ni siquiera de Husillos. Fue el Mundial de los jueces, esos personajes que se han convertido en un dolor de muelas en este campeonato. No estaban invitados a la fiesta hasta esos extremos. Pero llegaron a casa y sólo les faltó abrir la nevera. Hoy, sentimos hasta miedo al escuchar esa palabra, jueces, capaces de quitarnos el balón de los pies, de condenar lo que casi nadie entiende o de convertir la pista en una silla eléctrica. No hay forma de olvidarse de ellos en Birmingham y de cara a la próxima vez cita, ya tenemos registrada nuestra petición: cuánto más lejos, mejor, señores. A ser posible, lo más lejos posible en estos tiempos en los que parece ser que ganar ya no lo es todo, y eso duele como duele cuando se urbanizan legiones de edificios en plena naturaleza. Un oscuro jeroglífico para el que no estamos preparados. Pero resulta que esto ya es así: ya no sólo es el atletismo el que elige a sus mártires. También lo hacen los jueces y lo que ven sus ojos, sea o no sea relevante en el transcurso, armados de tecnología punta en el frente de batalla. Y no es verdad. La tecnología no siempre tiene la razón. 


Jamás en la vida fueron descalificados todos los atletas en una misma serie.

El resultado es que ya no siempre gana el mejor. Una de esas extrañas reglas que nos ha enseñado este Mundial. Jamás en la vida fueron descalificados todos los atletas en una misma serie. Por eso estos señores, de los que desconocemos su identidad, nos han dejado fuera de juego. Sería interesante tomar un café estos días con alguno de ellos y explicarle nuestra manera de defendernos: la de contrastar su excesivo protagonismo; la de lamentar que hayan puesto frente a la pared el sentido común o la de que nos hayan dejado sin palabras como le pasó a Óscar Husillos, en plena entrevista de celebración por la medalla de oro.

Un momento único que se convirtió en un látigo que le invita a uno a recordar que el atletismo del que nos enamoramos no es así. No era así y no sé si es porque hoy la memoria me falla. Pero en mi subconsciente, en mi idea de este deporte, sólo imagino la intervención de los jueces en caso de que haya crónica de sucesos en la competición, escenas callejeras o inauditas: codazos, empujones, pisotones… Jamás en una carrera totalmente civilizada en la que el delito más grave es que una zapatilla pise levemente una línea, sin la más mínima idea de sacar un beneficio. Por eso me resulta inconformista conformarme con decir, “el reglamento es así”, porque seguramente entonces habría que modificar la historia de miles de campeonatos. Hasta el fútbol se llenaría de tarjetas amarillas: todas las patadas serían tarjeta. 

Hoy, imagino que no seré neutral. No hay ningún ánimo de venganza, pero la humildad tampoco se demuestra dejándonos ofender. Por eso no es fácil escribir de los jueces ni prestarles nuestro perdón ni reconocer que no nos hicieron daño. Hay que ser honestos con uno mismo. Cuando a uno le descalifican en una carrera de 400 metros, lo mínimo que se puede imaginar es que hizo algo grave. Pero este fin de semana en Birmingham la historia ha cambiado los papeles clamorosamente.

El atletismo se ha creado un problema. Los jueces han encontrado excesivos culpables. De ahí que, si hay que elegir un verdadero juez, uno se quedaría con un hombre que no se ha formado para ello y que casualmente ha sido uno de los grandes beneficiados de este fin de semana. Pero ni siquiera él, el atleta checo Pavel Maslak, le veía sentido a recoger esa medalla de oro en los 400 metros después de quedar tercero. Porque, aunque se colgase el oro, le daba igual y le iba a saber a bronce.  Porque, como escuchamos tantas veces, la interpretación es lo que realmente hace entender una ley, le da valor, le da hasta algo más valioso que esta vez no se ha cumplido en Birmingham:  prestigio. 

@AlfredoVaronaA 


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7 COMENTARIOS

  1. Me sabe muy mal leer esto, casi tanto como ver a Husillos perder su horo y su récord. Los jueces no tienen afán de protagonismo, los jueces cumplen con su trabajo, si la norma dice que al pisar la línia interior del carril el atleta queda descalificado, cumplir con la norma no és afán de protagonismo. El hecho está en si la regla es justa o injusta. Poco se vio quejarse a los medios de la D.Q. de Martina en el último europeo de aire libre que le dió el oro a Bruno Hortelano. A lo mejor habría que cambiar la norma y permitir un margen de subjetividad para decidir si el corredor se benficia o no de la invasión del carri, pero culpar a un juez por cumplir con una norma objetiva me parece de lo más absurdo.

  2. Totalmente de acuerdo con Marc. Si hay una norma hay que cumplirla. Ha sido muy mala suerte para Husillos pero hay que acatar la decisión de los jueces.
    Otro ejemplo es la longitud y pisar la plastilina, a veces solo la tocan unos milímetros y el salto es nulo, no se andan con medias tintas.
    La culpa fue de la pista que echó a los atletas hacia dentro, no de los jueces.

  3. ¡Es repugnante leer este escrito de Alfredo Varaona!
    Efectivamente, se ha dado la circunstancia que en la descalificación de Óscar Husillos se ha aplicado el mismo artículo con el que se descalificó a Churandy Martina que permitió el oro europeo de Bruno Hortelano… Y por supuesto no he observado que Alfredo Varaona en aquel caso haya escrito algo parecido a esto, todo lo contrario se han apresurado en mostrar sus felicitaciones a Bruno Hortelano por su merecida medalla… Se suele ver la paja en ojo ajeno pero nunca la viga en el propio.
    Es de vergüenza ajena leer estas cosas, el forofismo debe dejarse a un lado cuando se escribe para el público. No es de recibo este ataque, este menosprecio a la labor de los Jueces de Atletismo que cumplen con su deber de aplicar lo reglamentado.

  4. Es de vergüenza ajena leer estas cosas, el forofismo debe dejarse a un lado cuando se escribe para el público. No es de recibo este ataque, este menosprecio, a la labor de los Jueces de Atletismo que cumplen con su deber de aplicar lo reglamentado.
    Pues efectivamente, se ha dado la circunstancia que en la descalificación de Óscar Husillos se ha aplicado el mismo artículo con el que se descalificó a Churandy Martina que permitió el oro europeo de Bruno Hortelano… y por supuesto no he observado que por ello Alfredo Varaona haya escrito algo parecido, todo lo contrario se han apresurado en mostrar sus felicitaciones a Bruno Hortelano por su merecida medalla… Se suele ver la paja en ojo ajeno pero nunca la viga en el propio.
    Es verdaderamente repugnante este escrito de Alfredo Varaona.

  5. No sé a qué afán de protagonismo se refiere usted señor Alfredo Varona, si no es al más mero hecho de hacer los jueces precisamente su trabajo. Y me pregunto yo, ¿Por qué no pueden ser descalificados todos los atletas de una serie si todos han infringido las normas? Los jueces también cuentan con las grabaciones para revisar precisamente que todo el proceso de los saltos, carreras y lanzamientos hayan sido correctos y no se infrinjan las normas. En el tenis también se decide con el ojo de halcón si una pelota entra o no por escasos milímetros y no hay discusión posible.

  6. Si no había bastante con sus habituales artículos que parecían más literatura barata que otra cosa. Aquellos en que intentaba reflejar el lado más humano y el esfuerzo detrás de cada atleta…con una prosa antigua, densa, repetitiva, empalagosa… Ahora se nos desmarca con semejante estupidez… y lo más grave le dejan publicarlo! La culpa no es de Alfredo Varona sino del que lo publica.

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