Inicio Noticias & Blog 365 días esperando una fotografía

365 días esperando una fotografía

Cada 1 de enero se repite una fotografía en el parque en el que entreno a la que damos mucho valor y que tú, como corredor, entenderás perfectamente.  

El 1 de enero se cumplirán 365 días de esta fotografía en el parque en el que entreno. Da igual que llueva o que nieve en Madrid. Siempre habrá suficientes unidades para repetir esta fotografía que sólo se hace una vez al año. Y si estás en ella es que estás listo y motivado para correr. ¿Acaso se puede pedir más?

En un año siempre cambian las cosas. Pero, en un rápido repaso a esa fotografía, veo que 365 días después toda esa gente, que habita en ella, sigue corriendo. Nadie ha presentado la dimisión. A nadie se lo ha cargado una lesión ni tampoco le ha sacado las tripas la desmotivación. Hay quien ha tenido que pasar por el taller, sí, pero eso es lógico.  A lo largo de un año, siempre hay algún día que el teléfono se te queda sin batería.

Un año después,  esas piernas acumulan 1.000, 2.000, 3.000 kilómetros más. Quién sabe. Pero ahí sigue la mayoría poniendo nombre y apellidos a esta fotografía. Y en algunos casos con un mérito terrible. Se me ocurre contaros que en ella hay uno que tiene 68 años y una madre centenaria a la que se dedica en cuerpo y alma. Otro hasta hace nada iba con una escayola por una rotura de muñeca. El siguiente espera fecha en la pública para pasar por el quirófano y poner en orden a la próstata. Pero el 1 de enero los tres volverán a estar ahí y, a partir de las 10 u 11 de la mañana, habrá un momento para detener el entreno y ofrecer su mejor versión a la cámara: las tradiciones no se discuten porque esa foto es como un amuleto.

Y es mejor así. Ojalá pueda seguir siendo siempre así. Es más, aquí lo valoramos de veras viendo como en los últimos nueve años el ELA se cebó con uno de los nuestros sin respetar su vida ni su juventud. Por eso quería escribir de esta fotografía y darla un fuerte abrazo delante de todos vosotros.

Llevo bastantes años haciendo acto de presencia en ella, saliendo de casa de puntillas para no hacer ruido. Pero ésa es la personalidad de la mañana de año nuevo a primera hora. Todas las persianas del vecindario están bajadas. Las calles están desiertas. Solo las panaderías están abiertas. Pero, frente a la pereza, están esos 30 tipos, que habitan en esa fotografía y que prefieren salir a entrenar al calor de un chocolate con churros en la mejor cafetería de la ciudad.

Pero eso no es ninguna novedad. Gente así la hay a miles en toda España. En realidad, esta fotografía es como una orla, el termómetro para explicar que esta afición es como un matrimonio en el que la voluntad se convierte en una amable obligación y en una promesa para toda la vida. Quizás porque hay pocos sitios donde media hora pase tan rápido como corriendo. No consigo explicarlo con el paso de los años. Con el tiempo he aprendido que tampoco hace falta. Me quedo con la felicidad de salir a correr.

Mientras haya gente como nosotros, podremos explicar que no estamos solos en el mundo y que el parque de Arcentales (que es el testigo de la fotografía) es una fábrica más.  Excepto algun caso aislado como Borja (que compite en campeonatos de España de promesas), sus protagonistas son tipos que, como mínimo,  ya cumplieron los 50 años que comparten barrio y que regatean a los dolores saliendo a correr.

Pero eso tampoco te sorprenderá a ti que, vivas en Alicante o en Pontevedra, formas parte del mismo bando. Juegas con el mismo escudo en el pecho y, aunque no estés, es como si estuvieses en esta fotografía que,  en realidad, ya casi es como una reunión de trabajo en la que casi siempre se repite la misma despedida:

– ¿Te veo mañana?


Suscríbete a nuestro newsletter

Recibe en tu correo lo mejor y más destacado de LBDC

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí