Las monjas clarisas han decidido abandonar la iglesia católica. Y todo parece indicar que el motivo de este cisma está en una operación inmobiliaria relacionada con dos propiedades de la congregación: el Monasterio de Derio y el convento de Santa Clara. Las monjas denuncian sufrir persecución y acusan a las altas esferas eclesiásticas de no querer concederles la licencia de venta del convento de Derio, que es de su propiedad, y por lo tanto que no puedan cumplir con los pagos del monasterio de Orduña que es el que quieren adquirir.