Carlo Ancelotti se las prometía muy felices en la primera parte de la temporada en la que ganó 14 partidos de 16 y empató dos. Un inicio fulgurante para que el italiano sacara pecho y regalase los oídos a sus jefes a finales de octubre. “Esta plantilla es de las mejores, si no la mejor que he tenido; es la mejor del mundo”, decía, pero la realidad es tozuda y contradice esas palabras salvo que crea que le valía afrontar una temporada atípica y dura confiando solo en 15 jugadores de los 21 que tiene de campo. Pero, además, el método Carletto es cerrado y ha forzado a los 10 titulares (9 internacionales) partido tras partido sin ahorrar energías y con un Mundial de por medio.

El Real Madrid, víctima de una mala planificación de la plantilla (leer noticia)