Parece que el frío glaciar le siente bien al Barça. Recital en Kíev, goleada holgada en Budapest y recital en la primera parte en El Alcoraz con una sensación térmica que rebajaba con creces los cero grados. No queremos precipitarnos. Ya van varias ocasiones en lo que llevamos de temporada en las que el cuadro de Koeman nos regala ‘amagos’ de gran fútbol y actuaciones corales de notable alto tirando a excelente a las que no logra dar continuidad. Y eso no hace sino generar más frustración. Así que nos limitaremos a alabar y a intentar narrar lo de esta noche en la ciudad aragonesa y a esperar de nuevo que se pueda prorrogar en los próximos compromisos y, de una vez por todas, disfrutemos de algo sólido y con cimientos.

Final agridulce de un Barça casi perfecto en Huesca (leer noticia)