Arteta supera a su maestro y el Arsenal se impone

Siempre que Mikel Arteta y Pep Guardiola se habían enfrentado en Premier League, el empate o la victoria del Manchester City era norma. El exasistente y alumno del de Santpedor no lograba tumbar el muro. Pero esta temporada la historia fue otra. La victoria del Arsenal sobre los 'citizens' (1-0) significó, por fin, superar al maestro. 

El City, derrotado la pasada jornada por el Wolves (2-1), recuperó la cordura en la Champions Legue tras derrotar al Leipzig (1-3). Sin Rodri, sancionado ante el Wolves, Guardiola tampoco pudo contar con el centrocampista español frente al Arsenal. Le recuperó momentáneamente para la Champions, pero lo volvió a perder apenas unos días después. Y el equipo lo notó.

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Con ese guion, el City saltó al terreno de juego más combativo, consciente de la falta de juego en la mitad. Presionó muy arriba y asfixió al Arsenal, que hasta los últimos veinte minutos de la primera parte no consiguió quitarse el dominio. Sin embargo, en media hora, el City apenas rebañó un par de ocasiones claras: un remate de Nathan Aké a bocajarro que mandó a las nubes y un acto de fe de Julián Álvarez, que estuvo a sorprender a David Raya, aunque no definió.

El City, a su vez, se libró de una buena, porque Kovacic estuvo a un paso de ver dos rojas perdonadas por Michael Oliver. Y, al Arsenal, esas acciones, le sirvieron para envalentonarse y quitarse de encima el dominio de los hombres de Guardiola en el último cuarto de hora, en el que Eddie Nketiah protagonizó la única ocasión del Arsenal con un disparo desde el vértice del área que se marchó fuera.

Se fueron del campo Julián Álvarez, Kovacic y Rico Lewis. Guardiola buscó profundidad por los lados, llegar a la línea de fondo para romper un partido que parecía destinado a la nada y en que el unos y otros estaban empeñados en anularse. Y, uno de los más espectrales fue Erling Haaland, que se topó con el trabajo excelso de Gabriel Magalhaes y William Saliba, que dejaron sin argumentos al desaparecido delantero noruego.

Los minutos fueron pasando como una losa. Nada pasaba en el Emirates Stadium y el reloj parecía no tener piedad. Sin embargo, casi de la nada, apareció el ingresado Gabriel Martinelli para sacarse un disparo desde fuera del área que rebotó en Aké y que acabó con la pelota en la red de la portería de un despistado Ederson. La pelea táctica, al final, la decidió un detalle del jugador que más se atrevió en los 45 minutos que estuvo sobre el terreno de juego.