Una Liga que ha premiado la solidez

Messi, en Mendizorroza

Messi, en Mendizorroza / EFE

Jordi Cruyff

Jordi Cruyff

No es fácil mantener la compostura en el fútbol cuando hay millones de ojos observándote y, muchas veces, cuestionándote. Y considero a Zinedine Zidane un virtuoso en este aspecto. Siempre mantiene la misma línea, sin dejarse llevar y responde muy tranquilo a las preguntas más difíciles.

Tiene un saber estar que también le ha servido para ganarse el cariño de los jugadores. Y demostró tener personalidad por dejar el banquillo merengue en su primera etapa cuando sintió que su batería se había agotado. La gente se lo ha tomado en serio por ser alguien que sigue sus principios.

En su segunda etapa ha vuelto con más poder, pero el nivel de exigencia en un equipo de la dimensión del Real Madrid no da tregua y ha sabido exhibir coraje y carácter cuando comenzaron a surgir rumores sobre su futuro esta temporada. Ni yo ni nadie tenemos todos los elementos para juzgarlo como entrenador, el fútbol no es una ciencia exacta que dependa de la suma de varios elementos sobre la pizarra.

Pero sí reconozco en este Real Madrid ganador de La Liga a un equipo serio y solvente sin tener el empuje atacante del Barça. Han sabido compensar el plus anotador de Cristiano Ronaldo rentabilizando los goles a base de solidez defensiva, aguantando resultados ajustados y administrando los partidos. No niego que han tenido una pizca de fortuna, pero sus estadísticas tras el confinamiento son incontestables con una decena de victorias. Ha sido un equipo más solidario con las ausencias grandes estrellas de Eden Hazard o Gareth Bale.

Una solidez que también se ha hecho notar fuera del campo. Del Real Madrid no hemos escuchado polémicas sobre bajadas de sueldo en el confinamiento o jugadores que se sientan discutidos por ver sus nombres en el mercado. Y a pesar de ser un club que ha tenido menos paciencia con otros entrenadores, esta vez no ha perdido los nervios en una temporada condicionada por la crisis sanitaria.

El Sevilla ha sido otro ejemplo en este sentido, ahora que todo son elogios por su clasificación en Champions. Con el liderazgo de Monchi en la parcela deportiva han sabido mantener el tipo y no sucumbir a presiones cuando los resultados no eran favorables. El gran apoyo que le han ofrecido a Julen Lopetegui ha permitido al Sevilla no desviarse del camino marcado y convertirse en un equipo difícil de batir. También el Atlético de Madrid no se ha dejado llevar por distracciones cuando Simeone se ha visto cuestionado, nadie se imagina a este club sin el Cholo y la paciencia se ha visto recompensada con unos cuartos de final de Liga de Campeones y la garantía de estar en la máxima competición europea la próxima temporada.

La inestabilidad general no ha sido precisamente el mejor aliado del Barça esta temporada. Algo a lo pienso que también hizo referencia Leo Messi cuando tomó la palabra días atrás, aunque solo él puede saber el verdadero sentido de sus declaraciones. Como dijo mi padre en una de sus perlas ante la prensa, «Si yo hubiera querido que me entendieras, me hubiera explicado mucho mejor». A buen entendedor, pocas palabras bastan.

ME GUSTA

La goleada del Barça en Vitoria con doblete de Leo Messi. El Barça supo estar a la altura tras la derrota contra Osasuna. Era la mejor respuesta posible al sabor amargo de perder La Liga. En una semana agitada, el fútbol volvió a tomar protagonismo para tomar aire y afrontar con mejores sensaciones la eliminatoria de Champions contra el Nápoles.

NO ME GUSTA

Las aglomeraciones callejeras en celebraciones de éxitos deportivos. Asusta ver las imágenes de Liverpool, Cádiz o Leeds ahora que vivimos la amenaza de nuevos brotes de Covid-19. Toca imponer la cordura en plena recta final de la temporada. En ese sentido, Madrid ha sabido dar ejemplo con una Cibeles sin aficionados cuando el Real Madrid ganó La Liga.