El primer título ya no puede esperar más

Xavi, en un entrenamiento del Barça

Xavi, en un entrenamiento del Barça / @FCBarcelona

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Xavi lleva 431 días como entrenador del Barça. En estos catorce meses y medio, el técnico blaugrana ha dirigido 60 partidos. Su balance es positivo: 36 victorias, 12 empates y 12 derrotas. Pero no le ha dado (parafraseando a Messi) para ganar ningún título. En poco más de un año, ha quedado eliminado dos veces en la fase de grupos de la Champions, una vez en los cuartos de final de la Europa League, una vez en las semifinales de la Supercopa de España y una vez en los octavos de final de la Copa, además de haber quedado segundo en la Liga. Xavi cogió un equipo hundido física, futbolística y psicológicamente y ha conseguido transformarlo en un Barça que vuelve a tener opciones de ser campeón. Es líder en la Liga (su gran objetivo), aunque la primera oportunidad de levantar un trofeo llega con la Supercopa que se disputa a partir de hoy en Arabia Saudí.

Es, sin duda, un torneo menor. Pero el Barça no está en condiciones de menospreciar ningún triunfo. Al contrario: ganar esta Supercopa en una hipotética final contra el Madrid (con el permiso del Betis y del Valencia) significaría dar un impulso decisivo al proyecto que están construyendo Laporta desde el despacho y Xavi desde el banquillo. Hace un año, la dulce derrota ante el conjunto de Ancelotti en Riad sirvió para anunciar que el Barça ‘había vuelto’ después de su triple crisis deportiva, económica e institucional. El Barça, efectivamente, vuelve a competir... aunque todavía no ha podido convertir su resurrección en títulos. 

Xavi es consciente, más que nadie, que esta temporada no hay margen de error. El Barça no puede permitirse otro año en blanco. El último título conquistado fue la Copa que se ganó al Athletic el 17 de abril de 2021, con Ronald Koeman como entrenador y con Messi como estrella. Hace ya mucho tiempo. Demasiado. Existe una urgencia por volver a ser campeón. Solo así puede entenderse el ‘resultadismo’ con el que el técnico blaugrana analizó la difícil victoria ante el Atlético en el Metropolitano.

La necesidad obliga: ahora ya no va de jugar bien, ahora va de ganar. Como sea. “El partido nos deja el mensaje de que sin jugar bien también se puede ganar”, aseguró el entrenador tras el agónico triunfo. Xavi sabe que sin títulos no hay futuro. Y la Supercopa puede (debe) ser el primer paso hacia ese nuevo futuro. Ya llegará el momento de pensar, otra vez, en el espectáculo. Sin renunciar al estilo, hay que priorizar la victoria. Ganar es , más que nunca, lo único que importa.