El partidazo de Dembélé provoca un bendito problema a Valverde

El Barça, de victoria en victoria

El Barça, de victoria en victoria / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

Un partido sin Messi es siempre un territorio desconocido. El Barça se plantó en Málaga con la baja de última hora de su jugador franquicia, que por una vez tuvo que dejar el fútbol a un segundo plano por una causa de felicidad mayor, como fue el nacimiento de su tercer hijo: la irrupción de Ciro en este mundo obligó al Barça a jugar el partido más temido, sin su eterno e infalible comodín. A la baja de Messi había que sumarle la de Iniesta, y a pesar de que el Barça jugaba contra el colista, planeaba un interrogante sobre la respuesta del equipo ante dos bajas tan sensibles. Pues bien: el misterio se disipó enseguida porque el conjunto de Valverde salió a comerse al Málaga desde el primer minuto.

Rápidamente se vio que Valverde no iba a permitir una derrota fatal como la de la temporada pasada, y el partido impecable de ayer, comparado con el naufragio de hace justo un año, marca exactamente la distancia sideral entre aquel equipo que bajaba pendiente abajo y este conjunto sólido y fiable que tan bien ha cosido el entrenador blaugrana. Ayer el Barça se deshizo del Málaga por la vía rápida, y si el marcador no reflejó una goleada de escándalo fue únicamente porque en la segunda mitad muchos jugadores estaban pensando en el Chelsea y prefirieron no correr riesgos innecesarios. El partido de ayer era una oportunidad única para evaluar las prestaciones de Coutinho y Dembélé sin la protección de Messi y lo cierto es que participaron activamente del juego, encararon sin miedo, y lograron conectar en un segundo gol extraordinario, con una finalización de tacón de Coutinho propia de un crack fuera de serie. Fue especialmente llamativa la liberación de Dembélé, que jugó su mejor partido desde que es jugador del Barça, y al que se le vio especialmente desatado. La sensación es que el jugador francés salió por primera vez sin ningún síntoma del agarrotamiento que había mostrado en otros partidos, se dejó ir por fin y ofreció un repertorio espectacular de regates y toques eléctricos, fruto de su físico espectacular. La exhibición de Dembélé obliga inevitablemente a revisar algunos prejuicios, que en el fútbol duran lo que duran un partido. Porque lo cierto es Dembélé no figuraba antes del partido del Málaga en ninguna quiniela para ser titular el miércoles, pero su partidazo le crea a Valverde uno de estos benditos problemas que tanto temen los entrenadores. O 4-4-2 con Paulinho o 4-3-3 con Dembélé, este es ahora el ser o no ser de Valverde.