Los jóvenes de Luis Enrique toman La Roja

Luis Enrique saluda a Rakitic antes del partido

Luis Enrique saluda a Rakitic antes del partido / EFE

Ernest Folch

Ernest Folch

Tras las grandes sensaciones contra Inglaterra, el nuevo proyecto de Luis Enrique debía superar una exigente prueba del  algodón contra la poderosa Croacia de Modric y Rakitic, subcampeona y sensación del Mundial de Rusia.

El examen se saldó con un correctivo espectacular, juego vertical y divertido, una presión asfixiante y un vendaval desatado sobre la selección croata, que sufrió uno de los grandes meneos que se han visto en un encuentro de selecciones de primer nivel en los últimos tiempos.

Y es que Luis Enrique le dio ayer otra vuelta de tuerca más a la particular revolución que inició en Wembley y que tiene pinta de sacudir los cimientos de La Roja tal como estaba concebida hasta ahora. En un tiempo récord, el nuevo seleccionador ha sido capaz de transmitir su entusiasmo a un colectivo que salió de Rusia deprimido y que de repente vuelve a creer en sí mismo.

En el éxito de la sacudida brutal que ha provocado Luis Enrique hay muchas claves: saber evolucionar el modelo, como ya hizo en el Barça, conseguir que los jugadores le crean o aprender, por ejemplo, que no hace falta abrir frentes inútiles y peligrosos en la sala de prensa.

Sin embargo, ningún factor es tan vital como el del relevo generacional que ha impuesto en esta nueva etapa. Ningún jugador ejemplifica mejor este vuelco que la irrupción de Saúl (23 años), que ha pasado de no jugar ni un minuto en el Mundial a convertirse en un futbolista vertical, goleador, omnipresente y polifacético. A Saúl le acompañó un esplendoroso Asensio (22) y un Isco (26) majestuoso, nuevo amo del mediocampo.

Esta nueva Roja tiene con Luis Enrique más madridistas que nunca (seis titulares) y ayer incluso terminó el partido sin un solo blaugrana tras la sustitución de un gran Busquets. Pero más que la procedencia, lo trascendente es ahora la edad. Luis Enrique ha abierto la puerta a una gran generación de futbolistas jóvenes que quiere comerse el mundo. De momento, ayer se comieron a la todopoderosa Croacia.