La hipocresía se viste de blanco

El Real Madrid ha colocado a los árbitros en el punto de mira

El Real Madrid ha colocado a los árbitros en el punto de mira / JAVI FERRÁNDIZ

Francesc J. Gimeno

Francesc J. Gimeno

Resulta conmovedor que el Real Madrid se haya empeñado en utilizar el ‘caso Negreira’ en beneficio propio y esté usando su canal de televisión oficial para promover una campaña en toda regla poniendo al Barcelona en la diana. Parece evidente que su único objetivo es echar una cortina de humo frente a sus propios aficionados por el ‘petardazo’ que ha protagonizado el equipo de Carlo Ancelotti en la Liga. Qué mejor forma de distraer la atención del personal y taparse las propias vergüenzas que disfrazarse de víctima e insistir una y otra vez en el mantra de que los malos resultados se deben única y exclusivamente a que los árbitros están maltratando al equipo madridista. Escuchar los argumentos de la guardia de corps madridista produce muchas veces vergüenza ajena.

El ejercicio de hipocresía que están realizando los máximos responsables del club madridista con la inestimable colaboración de su canal de televisión es de primera categoría. Algún malpensado podría llegar a considerar que se trata simplemente de una cuestión de envidia y que lo que realmente les corroa es que la idea de tener en nómina al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros no se les ocurriese primero a ellos.

Solo hay que recordar la estrategia que ha seguido el Real Madrid desde que comprobó que a base de fútbol no iba a poder derrotar a aquel Barcelona de Pep Guardiola que le amargó la vida a partir de la temporada 2008/2009. Primero se encomendó al portugués José Mourinho, que utilizó todos los recursos a su disposición (incluidos los extradeportivos) para intentar romper aquella hegemonía, empezando por recurrir hasta la extenuación a la manida táctica de acusar al Barcelona de recibir constantemente ayudas arbitrales.

MÉTODO

El método se ha ido manteniendo activo con más o menos convicción desde entonces. La salida de Mourinho dejó al club blanco sin un portavoz privilegiado que se encargara de repetir hasta la saciedad la aburrida letanía de que los árbitros perjudican al Real Madrid, pero ese mismo rosario de quejas y de denuncias de los errores arbitrales se pronuncia ahora una y otra vez desde el altavoz oficial del club blanco. Conviene no olvidar que además de esconder los errores propios, el segundo objetivo de todos estos ataques al estamento arbitral no es otro que el de coaccionar a los colegiados para recibir arbitrajes a medida o mucho más favorables. Convendría ser mucho menos hipócrita.

Y vaya por delante que nadie puede pasar por alto que la gestión en el ‘caso Negreira’ de los últimos presidentes del Barça ha sido deplorable en esta cuestión en particular. Pero ¿alguien en su sano juicio cree realmente que el Barcelona obtuvo favores o ayudas arbitrales a cambio de la obscena cantidad de dinero que le abonó a Enríquez Negreira a lo largo de tantos años? Sinceramente, no creo que lo piensen ni lo que más se han rasgado las vestiduras públicamente, empezando por Javier Tebas, presidente de LaLiga. Para que ese supuesto fuera cierto, hubiera sido necesaria la implicación y participación de demasiadas personas.