El fútbol argentino lo seguirán salvando los jugadores

La plantilla de River Plate levanta el trofeo de campeón de la Copa Libertadores

La plantilla de River Plate levanta el trofeo de campeón de la Copa Libertadores / AFP

César L. Menotti

César L. Menotti

Quiero felicitar a River, un justo campeón de la Copa Libertadores, que debe ser un orgullo también de todo el fútbol argentino que estuvo muy bien representado también por Boca en la gran final. A sus jugadores, sus entrenadores y sus aficiones. No puedo negar sin embargo, que vi el partido con mucha bronca, digiriendo la traición al hincha que había pagado su entrada para disfrutar de la gran final en el Monumental. 

En la Argentina los clubes de fútbol son sociedades civiles, esto es que pertenecen a sus socios. Y cabe destacar que más allá de la victoria final y los festejos en Madrid y en Buenos Aires, se les faltó el respeto. Sigo pensando, que agresiones de energúmenos a los equipos ocurren no solo en Argentina, lamentablemente. Y que hubo fallas en el operativo de seguridad, además de las disputas de cada uno de los involucrados en defensa de sus intereses. Sigo convencido de que esta final debió disputarse en el Monumental, y que la decisión de su traslado pertenece a otro orden, al mundo de los grandes negocios. Aunque Conmebol seguramente se haya avalado de alguna reglamentación. 

Los equipos argentinos siempre fueron protagonistas en la Copa Libertadores. Lo que nunca había sucedido es que los dos más grandes se encontraran en la final. Y destaco el cómo llegaron, porque lo hicieron venciendo a dos equipos brasileños que eran grandes candidatos como Gremio y Palmeiras. 

El partido en Madrid no tuvo el brillo del fútbol que pueden ofrecer River y Boca. Técnicamente no fue un buen partido. Pero destaco sobre todo la hidalguía y el respeto con el que jugadores y cuerpos técnicos nos representaron en esta final. También el de los hinchas argentinos que pudieron viajar o viven en Europa.

Las tensiones previas, producto de la cancelación de la primera final, dos veces de la segunda y después con todo lo acontecido, su traslado a Madrid sin duda afectó también a los planteles. Y el miedo a perder estuvo presente.

Boca jugó mejor en la primera parte, más preocupado por la contención de River que por la elaboración, encontró el gol de Benedetto, con una excelente definición después de un pase magistral de Nández, uno de los mejores jugadores en el partido. El desgaste realizado en la primera parte y la expulsión de Barrios modificaron el libreto de los de Guillermo Barros Schelotto, porque sin el volante, se le hizo mucho más difícil presionar a su rival y los Millonarios crecieron en juego y en precisión en los pases filtrados. Así llegaron de dos magníficas jugadas los goles de Pratto, y de Juan Fer Quinteros. El tercero, ya con Boca desacomodado y sin Pablo Pérez y con la lesión de Gago, fue producto de una aventura individual. 

River sumó su cuarta Copa Libertadores, pero acá no termina nada. De ninguna manera la derrota significa una deshonra. El equipo Millonario y el Xeneize han reinado en diferentes épocas. Son dos equipos con muchísima historia y la seguirán construyendo más allá de esta final. 

Pero sí creo que después de esta experiencia, hay que proponer un debate sobre cómo defender el fútbol argentino, y el sudamericano. Nuestro fútbol quedó herido por la decisión de Conmebol de modificar el escenario y llevar la final a Madrid. Sin duda, como durante toda su historia, al fútbol argentino lo van a salvar como siempre los jugadores. Tenemos tan buenos jugadores,  leales representantes de la historia del fútbol argentino. Ellos son los que nos van a seguir defendiendo. Pero en esta nueva conducción debe haber un debate profundo para ordenarnos como país y empezar a determinar qué lugar ocupa el fútbol en la sociedad argentina, respetarlo y cuidarlo. Y sobre el hincha en cuya relación con los futbolistas, y su pasión por apoyar al equipo se sostiene el vínculo que fortifica al fútbol y sus escenarios. Nos debemos ese debate después de la final, que rumbo le vamos a dar al fútbol argentino en el país y en Sudamérica.