¡Por fin fútbol!

El Barça levantó en Granada un partido que tenía perdido

El Barça levantó en Granada un partido que tenía perdido / AFP

Carles Sans

Carles Sans

Para que el fútbol sea espectáculo ha de cumplir con una serie de requisitos, que sin los cuales, se transforma en un deporte previsible y sin emoción. Por espectáculo se entiende que ha de haber una dosis de sufrimiento hasta el final, juego rápido y vistoso, jugadas individuales o colectivas de calidad, goles bonitos y sobre todo ritmo, mucho ritmo. Ya el espectáculo será completo si el equipo de tus colores gana. Eso que parece tan obvio y tan fácil de describir, muchas veces es muy difícil de ver. A menudo los partidos son lentos, trabados y poco competitivos. Si miramos al Barça de esta deprimente temporada marcada por el covid, la dimisión de la junta de Bartomeu y la ausencia de público en el estadio, el juego exhibido estaba, hasta llegar a Los Cármenes en el partido de Copa del Rey, muy lejos de ser espectáculo.

El miércoles el Barça, por fin, fue otra cosa, los jugadores, los mismos que esta temporada se les había visto deambular por el campo sin motivación y con mucha tristeza, fueron un equipo resolutivo, fuerte, rápido que presionó hasta el minuto 120 y que mostró unas inesperadas ganas de ganar y demostrar que esta temporada aún no hay nada perdido por difícil o imposible que les pueda parecer a algunos. Leo Messi, a pesar de todo lo que de él se ha publicado, y por mucho que les pese a algunos, volvió a ser el jugador más desequilibrante, el más eficaz y el incontestable líder del equipo.

De Jong, del que despotricábamos hace poco, nos está mostrando lo que puede llegar a dar si sigue aumentando la confianza que no tenía. Pedri juega cada día con más seguridad y Araujo se ha ganado la titularidad sin discusión alguna. El miércoles y después de mucho tiempo, me divertí viendo jugar al Barça. Si hubiesen perdido, aunque el espectáculo no hubiese sido redondo del todo, escribiría lo mismo, porque trabajaron como hacía mucho para conseguir la victoria. Porque aunque el espectáculo es completo cuando se gana, a veces incluso perdiendo puede ser también bonito. 

La clave: el miércoles el Barça fue un equipo resolutivo, fuerte y rápido, que presionó hasta el final.