El Barça tiene un problema con Ronaldinho

Ronaldinho, en medio de la polémica

Ronaldinho, en medio de la polémica / VALENTÍE ENRICH

Ernest Folch

Ernest Folch

El mundo asiste con preocupación a la más que probable victoria en las elecciones presidenciales de Brasil del candidato Jair Bolsonaro, que debe confirmarse el próximo 28 de octubre. Bolsonaro, que no se esfuerza por ocultar sus simpatías hacia los militares que implantaron una dictadura en Brasil durante más de veinte años, se ha hecho famoso por sus terribles declaraciones homófobas, machistas, racistas y supremacistas a través de las cuales ha encontrado el triste mecanismo para seducir a millones de votantes.

¿Qué tiene que ver este personaje con el deporte, el fútbol o el Barça? Muy sencillo: unos cuantos deportistas famosos le han brindado su apoyo, entre los que está Felipe Melo, Cafú, Edmundo, Lucas Moura o el mismísimo Rivaldo. Pero el más sonado ha sido sin duda el de Ronaldinho, que le ha mostrado su apoyo con un texto explícito y una fotografía en la que aparecía luciendo el dorsal número ‘17’, el número que identifica a Bolsonaro en las papeletas de votaciones. Que los deportistas se impliquen en política, hablen de los problemas de la gente y expliquen su voto no solo es legítimo sino que además ayuda a concienciar a mucha gente.

Ahora bien, solo hay una línea roja, que es la del respeto y la convivencia, una línea que el candidato Bolsonaro ha traspasado peligrosamente con algunas salvajadas que han quedado grabadas en la hemeroteca: “Preferiría mi hijo muerto antes que homosexual”, “El error de la dictadura fue torturar y no matar”, “Mis hijos no tendrán parejas de raza negra porque están muy bien educados”, son algunas de sus incontables perlas recientes.

Toda esta propaganda denigrante salpica de rebote al Barça, que ve como su embajador global, Ronaldinho, simpatiza abiertamente con él. Es evidente que el club tiene que respetar las opciones políticas de todo el mundo, pero es igual de diáfano que las ideas de Bolsonaro, por mucho que sea elegido democráticamente, son directamente incompatibles con los valores que la institución promociona cada día por tierra, mar y aire. Sí, el Barça tiene un problema con Ronaldinho.