No hagáis el ganso contra el colista

Araujo, con sus compañeros durante el partido

Araujo, con sus compañeros durante el partido / EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

El decepcionante transitar del Barça por la Liga de las Estrellas (según cómo se mire, también de los estrellados) se sustenta principalmente en un pilar: la manifiesta irregularidad de un equipo que no acaba de encontrarse a sí mismo. Hasta el momento, y a las pruebas me remito, ha sido incapaz de ganar tres partidos consecutivos. Y lo que es mucho peor, ha perdido una significativa cantidad de puntos como consecuencia de errores individuales de los llamados ‘obscenos’ y ‘groseros’. El de Neto en Vitoria ante el Alavés, la doble ‘salida a por uvas’ de Piqué y Ter Stegen frente al Atlético, la empanada colectiva de Alba, Lenglet y Ter Stegen en Cádiz o el gol que Araujo le regaló al Eibar, por no hablar del innecesario agarrón de Lenglet a Sergio Ramos que transformó la fisonomía del último clásico. En definitiva, demasiadas piedras sobre el mismo tejado.  

También Ronald Koeman está exhibiendo muchas dudas a la hora de apostar por un sistema de juego o por otro, síntoma inequívoco de que no acaba de estar satisfecho con lo que está viendo. Ha pasado del doble pivote en la medular a jugar con una línea de tres defensas, algo que, en teoría, estaba ‘prohibido’ en el Camp Nou. Sea como fuere, al culé poco le importa con quién y cómo juegue, solo le preocupa que el equipo entretenga y divierta, que haga un fútbol atractivo y que de una vez por todas acabe rematando los partidos y sumando de tres en tres. Esta noche, en El Alcoraz, se presenta otra oportunidad. Parece, a priori, una empresa asequible. Se enfrentan el colista de la Liga (solo ha ganado un partido) y la plantilla más cara del mundo. Eso, viendo lo que ocurrió en Getafe, Vitoria (Alavés) o Cádiz, poco o nada importa. Así que esta vez, por favor, no hagáis el ganso....