Naturaleza

Erradicar especies invasoras en tierra genera mejoras "impresionantes" en el mar, dicta la ciencia

Restaurar las islas afectadas por animales exóticos aumenta la resiliencia al cambio climático

Un grupo de pelícanos.

Un grupo de pelícanos. / unsplash

Ramón Díaz

Todo está conectado en la naturaleza. Lo que ocurra en un lugar determinado puede tener consecuencias no solo en el entorno más cercano sino, incluso, al otro lado del planeta. Un equipo internacional de investigadores ha comprobado que erradicar especies invasoras en tierra firme puede generar mejoras "impresionantes" en el mar. De ahí que aboguen por restaurar las islas afectadas por plantas y animales exóticas. Creen que es la mejor manera de mejorar el entorno marino y, a la vez, aumentar la resiliencia al cambio climático.

"Las islas albergan plantas, animales y sociedades humanas únicas que no se encuentran en ningún otro lugar de la Tierra. Los factores de estrés locales y globales amenazan la persistencia de los ecosistemas insulares, y las especies invasoras se encuentran entre los factores de estrés más dañinos, aunque solucionables", señalan los autores.

Si bien la amenaza de los mamíferos terrestres invasores en la flora y la fauna de las islas es bien reconocida, estudios recientes han comenzado a ilustrar que también provocan "impactos extensos y destructivos en los entornos marinos adyacentes", recoge el estudio.

"La erradicación de los mamíferos invasores y la restauración de la biota nativa son herramientas prometedoras para abordar los objetivos de gestión tanto de las islas como de los océanos", subrayan los científicos, entre los que se cuentan estadounidenses, neozelandeses y británicos.

Los expertos analizaron miles de estudios y comprobaron que, efectivamente, eliminar especies invasoras y restaurar los ecosistemas insulares también tiene beneficios significativos en los entornos submarinos.

La labor de las "especies conectoras"

Una de las ‘claves’ está en las que denominan "especies conectoras", las que viven entre la tierra y el océano, como las aves marinas, las focas, las tortugas y serpientes marinas o los cangrejos, que transfieren nutrientes de los océanos a las islas y viceversa, detalla el artículo, publicado en 'Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS). "Hay que ayudarlas, restaurando sus hábitats", destacan los científicos.

Las focas son animales "conectores" entre la tierra y el mar.

Las focas son animales "conectores" entre la tierra y el mar. / unsplash

"La vinculación de los esfuerzos en tierra, incluida la erradicación de los mamíferos invasores de las islas, con la restauración y protección marinas debería ofrecer beneficios multiplicados para lograr objetivos de conservación global concurrentes", subraya el informe.

"Una inversión sostenida en el monitoreo en la tierra y el mar se puede usar en el futuro para perfeccionar las herramientas de planificación basadas en la ciencia para la gestión integrada tierra-mar", apuntan.

"A medida que los profesionales de la conservación trabajamos para abordar los efectos del cambio climático, los factores de estrés oceánicos y las crisis de la biodiversidad, resulta esencial que maximicemos los rendimientos de las inversiones en gestión", recoge el informe.

Abogan también por incorporar "el conocimiento humano de larga data de las comunidades insulares a través de diversas perspectivas de las ciencias ecológicas y ambientales".

Los científicos auguran resultados "impresionantes" si se trabaja adecuadamente: "Las acciones de conservación cuidadosamente elegidas en las islas pueden conducir a cambios realmente sorprendentes en el ecosistema oceánico vecino, porque todo está conectado", apunta Penny Becker, de Island Conservation, coautora del estudio.

Ponen el ejemplo de las aves marinas, que atrapan a sus presas en el mar para después depositar nutrientes en las islas a través de excrementos, cadáveres, huevos y otros materiales reproductivos, así como plumas y muda.

Cuantas más aves marinas, más peces

Las especies conectoras también alteran el suelo a través de la excavación de nidos, madrigueras y otras actividades físicas, mezclando nutrientes en el suelo y, en algunos casos, proporcionando aireación.

En sentido contrario, los nutrientes de origen terrestre se introducen en el mar, por ejemplo, cuando los cangrejos terrestres desovan. Además, las deposiciones de nutrientes en la tierra pueden transferirse al mar a través de la escorrentía de las precipitaciones y otras conexiones hidrológicas, fertilizando el medio ambiente cercano a la costa.

Ejemplar de tortuga marina.

Ejemplar de tortuga marina. / pixabay

Los científicos documentaron una diferencia de 27 veces en nitrógeno orgánico en aguas de escorrentía entre islotes con y sin anidación de aves marinas en el atolón de Palmyra, en el Pacífico central, debido a la prodigiosa excreción de estas especies conectoras.

Los investigadores han comprobado que, a mayor presencia de aves marinas en una isla, corresponde mayor cantidad de peces en el entorno marino cercano, pero también arrecifes de coral de crecimiento más rápido y más resistentes al clima.

Pero las poblaciones de aves marinas se está desplomando en todo el mundo, y en la mayor parte de los casos esta circunstancia tiene que ver con la introducción en las islas, debido a la actividad humana, de mamíferos no nativos, como las ratas u otros roedores, que saquean los nidos, los cerdos o las cabras. Todo ello está llevando a algunas especies de aves a la extinción.

La pérdida de las poblaciones de esas especies conectoras provoca a menudo "el colapso del ecosistema, tanto en la tierra como en el mar", alertan los autores, que demandan poner de inmediato todos los medios para revertir estas situaciones.

Informe de referencia: https://www.pnas.org/doi/10.1073/pnas.2122354119

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