Eva Moral, cuando una silla de ruedas te da lo mejor de tu vida

Gracias a su accidente ha podido disputar unos Juegos Olímpicos y conoció a su futuro esposo

Compite este domingo en triatlón donde espera conseguir medalla

Eva Moral está totalmente preparada para Tokio

Eva Moral está totalmente preparada para Tokio / CPE

Àngels Fàbregues

Àngels Fàbregues

Eva Moral es un referente del paratriatlón, donde ha cosechado éxitos uno tras otro. La deportista madrileña espera lograr en Tokio su primera medalla paralímpica. Desde la villa olímpica, un día antes de competir -domingo 6.30 (1.30 hora española)- nos explica sus sensaciones antes de una cita tan importante.

¿Cómo te encuentras?

Estoy muy bien, muy ilusionada esperando que llegue el domingo y con muchísimas ganas de competir..

¿Todo en orden?

Si, además el Jet Lag lo estoy llevando muy bien, estoy durmiendo bien y físicamente estoy perfecta.

¿Con qué objetivo has viajado a Tokio?

Si me lo llegas a preguntar hace dos años mi objetivo era poder clasificarme para unos Juegos Paralímpicos pero a medida que se han acercado me he visto mejor y más competitiva, más en forma, así que mi objetivo es poder conseguir una medalla. No es fácil porque las rivales estamos todas muy cerca en las competiciones que hemos hecho, pero espero poder dar la sorpresa.

¿En qué disciplina estás mejor?

Mi fuerte sería el segmento ciclista pero llevo todo este tiempo entrenando bien y también me encuentro muy bien con la handbike (sector atletismo) incluso con la natación que siempre ha sido un poco mi punto débil. Estoy bastante confiada.

Has sido un poco nómada en tu vida viviendo en muchos sitios diferentes por España. ¿A qué se debe tanto cambio?

Por el trabajo de mi padre que le trasladaban y todos con él. Trabajaba de jefe de zona de Carrefour y le iban trasladando de zona así que para allá que nos íbamos.

Hablando de tus padres, han sido un punto de apoyo imprescindible en tu carrera

Sí siempre lo digo. Ellos son mi mayor apoyo. Mi padre está todos los días conmigo. Sale a entrenar conmigo con el coche para protegerme en la carretera, está súper pendiente, lo vive como yo y es una pena que no pueda estar aquí conmigo porque yo sé que era una de las cosas que más ilusión le hacía pero desde casa están todo el día pendientes y sé que los nervios son compartidos porque sé que el lo va a pasar también mal de nervios.

¿Hablas con ellos cada día?

Sí, estoy hablando con ellos con videollamadas y les encanta que les enseñe cosas de la Villa de cómo es todo esto… así están un poco más cerca.

¿Cómo fue tu accidente?

Yo antes del accidente hacía también triatlón y en diciembre de 2013 me apunté a una marcha cicloturista en Madrid como parte del entrenamiento. Tuve la buena o mala suerte según como queramos verlo que ese día bajando el puerto de la Morcuera en Madrid se me fue un poco la bici en una curva, choqué contra el quitamiedos y detrás había un barranco de siete metros. Caí por ahí y me rompí la espalda lo que me provocó la lesión medular.

¿Enseguida te diste cuenta de la gravedad de la situación?

Sí porque no perdí el conocimiento y noté que no podía mover las piernas. Son esas cosas que pasan en la cabeza que igual te pones en lo peor pero sí que me di cuenta de lo que pasaba. Cuando me lo dijeron los médicos ya no me sorprendió, les dije: ‘no si ya ya, prácticamente ya lo sabía’. Pero lo que más me preocupaba era el momento en el que se lo dijeran a mis padres, como se lo iban a tomar... pero juntos hemos salido de esta y hemos luchado y ahora nos encontramos viviendo un sueño.

Qué sensación tienes en el cuerpo cuando te lo confirman definitivamente

Se te pasan tantas cosas por la cabeza... Rabia, impotencia, piensas que porqué te ha tenido que pasar esto, piensas que no has hecho nada malo para merecerlo, hasta que lo asimilas. Al principio cuando te dicen que vas a necesitar una silla de ruedas ya de por vida piensas que ya vas a ser dependiente y que con 30 años se te va a acabar tu vida normal. Nada más lejos de la realidad. Cuando entras en el mundo de la discapacidad te vas dando cuenta de que la vida no es solo caminar con las piernas y que puedes ser totalmente independiente. La verdad es que he descubierto un mundo dentro del deporte paralímpico que me apasiona, mucha gente cada uno con sus historias que me han enseñado mucho y creo que me han reforzado como persona más que hundirme.

Al final la silla te ha dado muchas cosas positivas

Sí, muchas, tanto que estoy hablando contigo en Tokio donde voy a cumplir el sueño de disputar mis primeros Juegos así que imagínate.

Y también con una historia de amor de por medio

Por supuesto. También es una de las consecuencias a raíz de mi accidente. Conocí a Ángel (Salamanca) siendo él guía de un chico en triatlón y de otra manera no le hubiera conocido y aquí le tengo. El domingo competirá conmigo como handler que es la persona que me ayuda con las transiciones a cambiarme de la bicicleta a la silla de atletismo, a quitarme el neopreno, etc… vivirlo juntos es una emoción. Ángel es nadador y triatleta así que también tiene el deporte en la sangre y esto para él también es muy emocionante.

Te pidió matrimonio en el podio en Yokohama, aquí en Japón, en las series Mundiales

Sí, fue algo muy bonito.

Pero no os habéis podido casar

¡Qué va!, pusimos la fecha en marzo de 2020 y justo nos confinaron y la tuvimos que suspender. Una vez que se salió todo de ese lío pensamos que cuando esté la cosa más calmada ya lo celebraremos. Tampoco tenemos prisa.

¿Tenéis fecha ya?

No, cuando lleguemos a casa ya lo retomaré. No tenía el cerebro y la cabeza como para tanta cosas.