A Senegal le vale un gol en propia puerta para estar en la final

Senegal jugará la final de la Copa África

Senegal jugará la final de la Copa África / sport

Pablo Rivera

Senegal, con algo de fortuna, estará en la gran final de la Copa África tras vencer a Túnez. El cuadro liderado por Mané se sirvió de un solitario tanto en propia en la prórroga para lograr el objetivo. Ambas selecciones tuvieron dos penas máximas que erraron. 

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Copa África

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Alineaciones
Senegal
Gomis; Sabaly, Koulibaly, Kouyaté, Gassama (Wague, 108'); N'Diaye (Sane, 81'), Gueye, Saivet; Mané, Niang (Diagne, 63') y Diatta (Sarr, 67').
Túnez
Hassen; Dräger, Bronn, Meriah, Haddadi; Sassi (Badri, 106'), Skhiri, Ben Mohamed (Chaalali, 82'); Khazri, Khenissi (Chaouat, 117') y Msakni (Sliti, 46').

Arrancó con fuerza Senegal, dominando el juego y el balón ante un Túnez reservado y cauteloso. Los 'leones' trataron de buscar, una y otra vez, a Mané, con la intención de que éste creara ocasiones peligrosas. Pero la defensa tunecina estaba muy bien situada e impedía a los senegaleses encontrar ocasiones claras, dificultando mucho los disparos a puerta. 

Mientras, los tunecinos esperaban su ocasión con algún despiste defensivo o balones largos y carreras de Khenissi y Khazri. Pero ninguna de ellas con peligro. Su ocasión más clara fue un intento de remate, tras una falta peligrosa, que terminó despejando la defensa senegalí. Pidieron penalti en una caída de Khenissi ante el capitán 'león' Kouyaté, pero el defensa leganó bien la batalla y el delantero magrebí cayó tras tropezarse con el balón.

Mané y Niang erraron en sus intentos, ambos seguidos y forzados. La más clara la tuvo Mané en un pase que le ganó la espalda a la defensa tunecina, el delantero del Liverpool se deshizo fácilmente del meta rival y, a puerta vacía, llegó forzado y chutó muy desviado. Pero Mané encontró a un gran socio en sus ataques, al lateral Sabaly, quien la tuvo con un misil, tras deshacerse de la defensa tunecina, que terminó impactando en la cruceta.

Dos penaltis fallados

La segunda mitad fue más dura tanto física como mentalmente. El dominio de Senegal en la primera parte se fue disolviendo junto a Mané, que perdió protagonismo a medida que transcurría el partido. Los tunecinos despertaron y empezaron a jugar la pelota, logrando así las ocasiones que no tuvieron en la primera. 

Túnez hizo suyos cinco minutos del partido en los que Senegal desapareció del estadio, que terminaron con una muy buena ocasión desde la frontal del área que Koulibaly detuvo con las manos. Penalti claro que no generó dudas al árbitro. Lo lanzó Sassi, que trató de engñar a Gomis con un amago en la carrerilla, pero el meta senegalí aguantó la posición y no se dejó engañar. Parada que animó a los suyos a ir a por el gol. Con el equipo volcado arriba, una combinación con los de arriba terminó ocasionando, casi automáticamente, un penalti a favor de Senegal. Lo lanzó Saivet con potencia, pero Hassen adivinó la dirección del chute y se lanzó magestuosamente hacia el costado correcto.

Quedaban diez minutos de encuentro, y todo apuntaba a la prórroga. Y el mismo Saivet la tuvo a unos segundos del final, tras encontrarse un centro que pasó por encima de toda la defensa tunecina. Le dió tiempo a controlar, corregir su cuerpo y provar suerte. Pero salió por el lateral, y el empate permaneció los noventa minutos obligando a los jugadores a ir a la prórroga.

Una prórroga de locura

Los equipos rotos, sin mantener línea alguna, mostraban más desesperación que juego. El gol llegó tras un centro lejano, derivado de una falta previa, que Hassen trató de despejar sin suerte. La tocó lo justo para mandarla directamente al cuerpo de su central, quien la desvió dentro de la portería y le dió la victoria a los senegaleses. 

Pudo igualar el marcador Túnez si el árbitro hubiera pitado el penalti señalado a pocos minutos del final de la prórroga. El colegiado vió manos de la defensa de Senegal, lo revisó el VAR y decidió no pitar nada, cerrando así el encuentro.