"El fútbol nos puede regalar una tarde mágica"

María Teixidor, junto a Alexia Putellas

María Teixidor, junto a Alexia Putellas / sport

Carme Barceló

Carme Barceló

Para esta mujer emprendedora, madre de dos hijas y abogada de prestigio, llegar hasta la final de la Champions ya es ganar. Pocas como ella saben lo que ha costado este camino a Budapest y hoy, pase lo que pase, asegura que sentirá el mismo orgullo que ayer

Al concertar esta entrevista, le pedí a María Teixidor que trajera algún objeto o similar vinculado a su barcelonismo y al que tuviera una especial cariño. Imaginé que llegaría al Mini Estadi con la camiseta de alguno de sus ídolos o una entrada emblemática. Pues me sorprendió, lo confieso.

¿Unas fotos familiares?

Unas fotos que reflejan lo que ha sido y es el Barça en mi casa. Las hizo mi madre justo cuando Koeman marcó el gol que nos dio la Copa de Europa en Wembley. Aún no sabe ni como consiguió sostener la cámara. Ahí estábamos mis hermanos, mi padre y yo abrazados, locos de alegría. No sabes lo que me costó dormir después. ¡Qué momento y qué noche tan increíble!

Puede acabar usted así hoy en el palco del Ferencváros,  aunque el Barça no parte como favorito en esta final.

Pase lo que pase, haber llegado hasta aquí ya es ganar mucho. Hemos derrotado a grandes equipos y nos enfrentamos a las mejores del mundo. Es dificilísimo, sí, pero el fútbol puede regalarnos una tarde mágica.

Ellas están en una final. Ellos, el primer equipo masculino, no lo ha conseguido.

(Suspira). Hubiera sido precioso pero aquí y ahora es el femenino el que va a disputar un partido histórico. Venimos a Budapest con un escudo en el pecho que es un orgullo.

Y sin excesiva presión.

Esto es nuevo para nosotras. La presión la hemos notado desde el día que se profesionalizó la sección. A partir de ahí, la gente empieza a mirarte y te conviertes en otra cosa que nada tiene que ver con la etapa amateur. Pero que nadie dude que las jugadoras van a saltar al césped a disfrutar y a por todas. En ilusión y ganas me parece que no las va a ganar nadie.

Estamos en el Mini Estadi. Aquí empezó todo, María. Y aquí lloró cuando sonó el pitido final en el partido contra el Bayern y bajó disparada al vestuario.

Ese día llegué al campo con unos nervios indescriptibles. Tienes en la mente tantas cosas... Esta temporada ha sido dura, de cambios, pero han valido la pena para seguir consolidando el proyecto. Tenemos la espina clavada por no conseguir la Liga, que es el premio a la regularidad, pero estamos hablando de tú a tú con los grandes de Europa.

Termina el partido y ese vestuario es...

... una fiesta y un mar de lágrimas y risas. Gritos de “¡Budapest, allá vamos!” y cientos de abrazos. Los más especiales me los di con Alexia, con Mel y con Gemma, que llevan aquí media vida y también con Laura Ràfols, con la que he conversado tantas y tantas horas. Son momentos imborrables que me acompañarán mientras viva.

¿Está yendo todo demasiado rápido? Plantarse tan pronto en una final de Champions es casi una revolución.

Estamos en ese punto complicado y maravilloso en el que la profesionalización te coloca en otro plano pero mantienes aún la proximidad. Las jugadoras siguen acercándose a la gente al terminar un partido, se hacen fotos y firman autógrafos a esas niñas de las que ya son referentes. Este es el momento que vivimos hoy y, es cierto, a veces te preguntas si seremos capaces de digerirlo y hacerlo.

¿Y entonces?

Y entonces es cuando entra la gestión: un staff técnico, un equipo médico... Aquí juega todo el mundo y aunque se haya acelerado un poco en el tiempo, ésta es una palanca que hemos puesto porque la mujer la necesita. Hay un cambio a nivel social y vamos a seguir avanzando. Despacio y con buena letra.

Más allá de su cargo directivo, usted participa activamente en la lucha por la igualdad desde distintos ámbitos.

Es una lucha personal porque quiero que mis congéneres tengan unos derechos que están y no se reconocen. Es una lucha por la supervivencia. Va de hacer aquello que deseas. ¿Te gusta jugar al fútbol? Juega. ¿Quieres ir a la Universidad? Ves. El relato del mundo lo ha escrito el hombre porque tiene el poder y eso debemos cambiarlo. Precisamos una profunda revolución a todos los niveles.

Pues parece que al Sr. Florentino Pérez no le interesa, en lo que a fútbol femenino se refiere.

El principal reclamo de una Liga son los clásicos, ¿verdad?

Ahí lo deja.

Ahí lo dejo y me centro en lo mío: Budapest, allá vamos.