Belmonte: "En la piscina soy una luchadora"

A sus 16 años recién cumplidos, Mireia Belmonte es la nueva perla de la 'deprimida' natación española

Mireia Belmonte cumplió 16 años el pasado día 10 de noviembre. En condiciones normales, su nombre no habría aparecido todavía en titulares, pero el caso de esta jovencísima nadadora del CN L'Hospitalet es diferente. Aunque los técnicos de la selección han intentado proteger a toda costa a la que consideran como la especialista con más proyección de la cantera nacional, Mireia ha despertado la atención de los medios con resultados muy por encima de las expectativas de su edad y sobre todo al convertirse en la primera campeona europea y mundial júnior formada en España. Este doble y precoz éxito ha convencido al nuevo responsable de la selección, el italiano Maurizio Coconi, para designarla fija en la lista para el próximo Mundial de Melbourne'07.

¿No siente un poco de vértigo ante semejante trayectoria?

La verdad, tengo miedo. Estoy acostumbrada a tirarme a una piscina y ser la más rápida, pero sé que cuando me enfrente a las mejores en el Mundial absoluto no voy a ganar y temo venirme abajo. Es una etapa de transición que intentaré superar, porque mis metas son a largo plazo.

¿Por qué cree que su caso es único? ¿Qué le falta a la natación española para que surjan más talentos?

Por una parte, en otros países los nadadores entrenan con más intensidad, mientras que aquí priorizamos los estudios. Por otro lado es una cuestión de tradición. En Australia, por ejemplo, la natación es el deporte rey. ¿De qué nos sirve a los españoles lograr éxitos en un país que no se interesa por la natación?

Usted comenzó a competir con sólo 6 años. ¿Qué opina su familia de los sacrificios que exige su profesión?

Ni mis padres ni mi hermano vienen del mundo de la natación. No hay ningún precedente familiar, pero ellos siempre me han apoyado, aunque también me dejaron muy claro que lo primero eran los estudios. Estoy en primero de bachillerato y por ahora saco buenas notas. Eso me obliga a privarme de muchas cosas. Apenas puedo salir con mis amigas porque cuando no estoy compitiendo tengo que estudiar. Quiero ir a la universidad y cursar Empresariales. Y creo que el esfuerzo merece la pena.

¿Cuáles son sus referentes en este deporte?

De pequeña me gustaba mucho la ucraniana Jana Klochkova y ahora alucino con la francesa Laure Manadou, que con apenas 20 años ha conseguido un palmarés impresionante. Entre los españoles, Erika Villaécija me sirve un poco de guía, aunque somos dos estilos de nadadoras muy diferentes. Y, por supuesto, también soy fan de Michael Phelps.

¿Qué cree que hace a Phelps tan superior del resto?

Sin duda, su técnica y su fuerza, que potencia con un entrenamiento brutal.

¿Cuáles son sus objetivos a corto y largo plazo?

Me estoy preparando para ir a los Europeos de piscina corta de diciembre en Helsinki. Trataré de meterme en la final de mis pruebas, 200 y 400 estilos. El próximo año, mi reto es alcanzar las semifinales o quizá alguna final en el Mundial de Melbourne. Y en Pekín espero estar luchando por las medallas, aunque por edad, mis Juegos serán los de Londres 2012.

Parece muy segura de que no le ocurrirá como Ian Thorpe. ¿Qué le parece su retirada tan prematura, con sólo 24 años?

Es una lástima, pero lo entiendo. Hay que tener en cuenta que fue campeón del mundo absoluto con tan solo 15 años. El más joven de la historia. Lleva mucho tiempo en la cima y eso desgasta, aunque a mí me gustaría prolongar mi carrera unos cuantos años más. Espero aguantar.

Después de pasar tres años en el CAR de Sant Cugat, esta temporada se ha ido a la Blume de Madrid siguiendo los pasos de su entrenador Jordi Murio. ¿Qué tal lleva la adaptación?

Estoy con Murio desde el 2003 y no quería romper el vínculo porque los resultados son excelentes, pero echo mucho de menos a mi familia.

¿Qué aspectos debe mejorar en opinión de su entrenador?

La técnica de espalda y braza, pero eso lo suplo con ambición. Entrenando me fatigo bastante, pero cuando compito la frase "no puedo más" no entra en mi vocabulario. En la piscina soy una luchadora.