Lautaro sigue mandando en la Serie A

Pocos podían imaginar un inicio tan plácido para el Inter. Posiblemente, ni el propio Simone Inzaghi, en el mejor de sus sueños, esperaba que el Monza inquietara tan poco la portería local. El Monza únicamente disparó dos veces a portería, sin peligro para Sommer. Tampoco lo hizo mucho más el Inter, que remató en tres ocasiones a palos, pero Lautaro embocó dos de ellas.

La primera, para abrir el marcador, llegó pronto. Una jugada combinativa por la derecha fue el preludio del tanto. Barella habilitó a Dumfries con un toque excelente, únicamente al abasto de los genios, con el exterior de la diestra, y el neerlandés llegó como un tren a línea de fondo para enviar el balón atrás y que Lautaro, llegando desde detrás, marcara el primero.

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El tanto podría haber abierto el encuentro, pero el Monza no estuvo en ningún momento en disposición de poner en peligro la meta local. Únicamente lo haría al inicio de la reanudación, tras una primera mitad soporífera. Un centro por la derecha de Di Marco no lo acertaron a despejar ni Sommer ni Mkhitaryan, aunque el armenio llegó al mismo rescate para evitar el tanto de Caprari. Fue la oportunidad más clara del partido para el Monza.

Poco a poco, los minutos fueron pasando y el partido se podría haber complicado, pero el Inter dominaba el esférico y los visitantes no inquietaban. Los jugadores de refresco iban ingresando al terreno de juego, hasta que Arnautovic desniveló la balanza. El austríaco se marchó por banda, cruzó un balón que se paseó por la pequeña, y Lautaro, que entró donde marcan los cánones, se lanzó al suelo para firmar su doblete. Triunfo aseguro, e inicio solvente para un Inter que quiere luchar por el Scudetto.