Si recientemente te has hecho un análisis de sangre que ha revelado un nivel bajo de ferritina, puede que te sientas confuso. ¿Qué es exactamente la ferritina y qué significa que sus niveles sean demasiado bajos? En este artículo exploraremos las respuestas a estas preguntas y discutiremos los pasos que puedes seguir para aumentar los niveles de ferritina.
¿Qué es la ferritina?
La ferritina es una proteína que contiene hierro y se encuentra en las células de todo el cuerpo. Su función principal es almacenar hierro y liberarlo cuando es necesario. Ayuda a transportar oxígeno por todo el cuerpo, lo que es esencial para la producción de energía. Los niveles bajos de ferritina pueden provocar anemia (una afección en la que no hay suficientes glóbulos rojos) muy habitual en ciclistas.
¿Cuáles son las causas de los niveles bajos de ferritina?
Existen varias causas posibles de los niveles bajos de ferritina. La anemia es una de las causas más frecuentes. Puede deberse a una carencia de hierro, que es una de las principales causas de anemia en adultos y niños. La carencia de hierro se produce cuando no se absorbe suficiente hierro de la dieta o cuando las pérdidas debidas a hemorragias superan la cantidad consumida a través de fuentes alimentarias o suplementos.
Los niveles bajos de ferritina también pueden indicar otros problemas de salud que no tienen nada que ver con la anemia. Por ejemplo, unos niveles bajos pueden indicar daños o inflamación hepáticos debidos a la hepatitis B, la hepatitis C, la cirrosis alcohólica, la enfermedad del hígado graso no alcohólico, el abuso de drogas, enfermedades autoinmunes como el lupus o la artritis reumatoide, el hipertiroidismo, la desnutrición, la enfermedad inflamatoria intestinal, el VIH/SIDA y otras infecciones graves. Además de estas afecciones, algunos medicamentos, como los antiácidos y los bloqueadores de la acidez, pueden reducir la absorción del hierro de la dieta y, con el tiempo, reducir la ferritina.
Las pruebas diagnósticas de los niveles bajos de ferritina suelen consistir en un simple análisis de sangre que mide el nivel en tu torrente sanguíneo. Si los resultados indican niveles inferiores a los normales, puede ser necesario realizar más pruebas para determinar la causa de la deficiencia. La mayoría de los casos requieren cambios dietéticos combinados con suplementos de comprimidos de hierro y suplementos vitamínicos, dependiendo de la causa o causas subyacentes.
Como vemos, los niveles bajos de ferritina se asocian a múltiples afecciones médicas, desde dolencias relativamente benignas que implican una reducción de las reservas energéticas debida principalmente a deficiencias dietéticas, hasta enfermedades crónicas complejas que requieren planes de tratamiento especializados.
Síntomas niveles bajos de ferritina
Los síntomas de niveles bajos de ferritina pueden incluir fatiga, debilidad, mareos, piel pálida, uñas quebradizas, frecuencia cardiaca acelerada, dolor torácico y dificultad para respirar.
Otros signos que pueden acompañar a los niveles bajos de ferritina son la caída o debilitamiento del cabello, dolores de cabeza, irritabilidad, dificultad para concentrarse, disminución del apetito y depresión.
Los niveles bajos de ferritina también se asocian a un mayor riesgo de infección debido al debilitamiento del sistema inmunitario. Las personas con niveles bajos de ferritina pueden experimentar síntomas más graves, como anemia y dolor articular. Las complicaciones a largo plazo de los niveles bajos de ferritina pueden incluir un mayor riesgo de osteoporosis y deterioro de la función cognitiva.
¿Cómo puedo aumentar mis niveles de ferritina?
El primer paso es asegurarse de que consume suficientes alimentos ricos en hierro, como carne roja, aves, pescado, huevos, legumbres, frutos secos y verduras de hoja verde oscura, como las espinacas y la col rizada. Además, tomar un multivitamínico diario con hierro puede ayudar a asegurarte de que estás ingiriendo suficiente cantidad de este importante mineral.
Además de los cambios en la dieta y la administración de suplementos, se recomienda que las personas con niveles bajos de ferritina lleven un estilo de vida saludable, que incluya hacer ejercicio y dormir lo suficiente; reducir el estrés; limitar el consumo de alcohol; evitar fumar; comer comidas equilibradas con fruta, verdura y cereales integrales; tomar probióticos para la salud intestinal; aumentar el consumo de agua; evitar el consumo excesivo de cafeína; practicar técnicas de relajación como el yoga o la meditación para el bienestar mental; asegurar periodos de descanso adecuados entre los entrenamientos; someterse a exámenes físicos rutinarios; consultar con un nutricionista si es necesario para dietas especializadas adaptadas específicamente a las necesidades individuales, etc.
Todo ello debería ayudar a promover una salud óptima, al tiempo que favorece el aumento de la producción y el almacenamiento de los recursos de hierro disponibles en el organismo, lo que mejora la calidad de vida en general y restablece las reservas de energía, a menudo asociadas a unas cifras de ferritina más elevadas con el tiempo, si se gestionan adecuadamente.
Ferritina y Deporte, una preocupación creciente
Los niveles bajos de ferritina en los deportistas es una preocupación creciente, ya que pueden afectar directamente al rendimiento físico y mental. La ferritina, como proteína que almacena hierro, es esencial para la salud humana ya que contribuye a la síntesis de hemoglobina, mioglobina y citocromos.
El hierro desempeña un papel vital en la producción de hemoglobina, un componente portador de oxígeno que se encuentra en los glóbulos rojos y que transporta O2 de los pulmones a los tejidos y elimina CO2 a su regreso. Esto es importante para los deportistas, ya que necesitan suministrar suficiente energía durante el esfuerzo físico o el ejercicio; por lo tanto, cualquier deficiencia puede llevar a un rendimiento mediocre si no se corrige pronto.
Los estudios sobre niveles bajos de ferritina en atletas de élite han demostrado que tienen más probabilidades de verse afectados por esta afección debido a las mayores exigencias físicas. Al participar en intensas sesiones de entrenamiento puede provocar una mayor demanda metabólica y un aumento del estrés oxidativo. Estas actividades físicas también provocan mayores pérdidas de hierro a través del sudor y la orina, así como pérdidas gastrointestinales durante el ejercicio.
El diagnóstico de niveles bajos de ferritina (ferritina sérica inferior a 12 µg/L) puede hacerse mediante pruebas de laboratorio como el hemograma completo con diferencial y ensayos de ferritina sérica. Sin embargo, los valores normales pueden variar en función del sexo, el nivel de actividad y la dieta, por lo que pueden ser necesarias pruebas de laboratorio adicionales, como la saturación de hierro-transferrina o la capacidad total de fijación del hierro, para confirmarlo.
El tratamiento de los niveles bajos de ferritina en los deportistas de élite suele incluir la modificación de la dieta; la administración de suplementos orales de hierro; la reducción de la intensidad del ejercicio; la evitación de antiinflamatorios que dificulten la absorción del hierro; el tratamiento de enfermedades subyacentes como la inflamación crónica o la celiaquía; junto con prácticas de higiene del sueño para favorecer la recuperación de las sesiones de entrenamiento duro.
Los niveles bajos de ferritina pueden ser preocupantes, pero no tienen por qué ser permanentes Si los tuyos son bajos o si simplemente deseas mantener unos niveles de ferritina saludables para gozar de una salud óptima, asegúrate de que tu dieta incluya muchos alimentos ricos en hierro y tomar un multivitamínico con hierro todos los días.
