La Vuelta a España de 2023 tuvo de todo: victorias sufridas, derrotas dolorosas, jornadas emocionantes hasta el final, sprint ajustados, caídas y etapas aburridas. Y como no podía faltar, también hubo polémicas, nervios y tensión en carrera, pero sobre todo dentro de los equipos. Incluso en el equipo del ganador, Sepp Kuss.
Normalmente, estas situaciones tensas no salen a la luz, en pos de la discreción y que no salten las alarmas. Pero, la realidad es que hubo diversas situaciones muy tensas y polémicas, sobre todo, la que vivió el equipo que ya se preveía que estaba llamado a dominar la ronda española, el entonces Jumbo-Visma.
Todo empezó cuando Sepp Kuss ganó la séptima etapa y se colocó como líder de la general. Un liderazgo al que tuvo que afrontar durante 13 etapas. El estadounidense explicó en el documental del Jumbo Visma de 2023, All-in team Jumbo Visma su frustración ante esta situación inédita para él. “Nunca más en mi vida”. “¡No quiero volver a ser líder en una Gran Vuelta!”.
Un Kuss que acudía como gregario de Roglic y Vingegaard. Pero, el rumbo de la carrera cambió por completo y florecieron las primeras tensiones. Los tres corredores se consideraban líderes.
Tensiones internas
Vingegaard ya mostró en una reunión de emergencia del equipo su ambición cuando Remco Evenepoel se descolgó de la carrera en el Tourmalet. “He sido sincero. Dije que quería ganar. Y eso significaba que atacaría“, apuntó.
La situación también se puso tensa en el coche del staff técnico del equipo Visma. “¿Es esto lo que habíamos acordado?”, pregunta el director deportivo Grischa Niermann antes de que finalmente se acordara que el estadounidense liderará al equipo en las etapas finales. Los ataques entre los tres se acabó con la afirmación del director deportivo, Merijn Zeeman: “Ya no nos atacaremos más”.
