El ciclista madrileño del Eolo Kometa se estrena ilusionado en su primera grande desde que llegó en 2018 al equipo continental
Los sueños algun dia se hacen realidad y además se luchan. Este es el caso de Diego Pablo Sevilla (1996) que hace no mucho conducía su tractor por los campos del sur de Madrid y ahora ha debutado en el Giro de Italia 2023. Después de cuatros años como profesional, el ciclista madrileño que corre actualmente en el Eolo Kometa, corre su primera grande.
El de San Martín de la Vega ya lleva 5 etapas a sus espaldas. Para él la ‘corsa rosa’ es un auténtico reto, “tantos días de carrera, tres semanas van a ser muchas cosas nuevas que hay que afrontar y hay que preparar al ser la primera vez en una Gran Vuelta”, explicaba en declaraciones al equipo.
Pablo Sevilla es hijo de agricultores y hermano de un músico. Antes de vincularse con el ciclismo, compaginaba el trabajo del campo con su tractor con la bicicleta. “Cuando fui intensificando mi actividad con la bici, me iba ‘escapando’, pero no se me caen los anillos en ir con la campaña de ajo o lo que haga falta“, expresó ante los medios al finalizar la primera etapa.
Ahora ha sustituido los bidones y los geles por esas patatas y ajos que recogía del campo. pero estos siguen presentes en su vida. La verdad, es que en su familia valoran mucho el producto de la tierra: “En mi casa siempre hemos estado muy concienciados con el campo porque es de donde salía el ‘pan’ para nuestra casa”, contaba. Así, el Giro le recompensa todo el esfuerzo hecho antes.
El español está para ayudar en lo que sea y siempre tiene un pie en el pedal y el otro en su tierra. Durante el Filomena mientras estaba en una concentración se preocupó por si sus invernaderos estaban rotos. El madrileño tiene muy presente el negocio familiar.
Ambicioso y comprometido
Pablo Sevilla tiene claro su rol en el equipo, estar al servicio de los líderes del EOLO KOMETA. Pero también se muestra ambicioso y ser protagonista: “Quiero sentirme útil, coger una fuga, dejarme ver, dar visibilidad al equipo y sentir que no me queda grande la carrera, que puedo aportar”.
El corredor ha planificado bien su participación en la carrera italiana haciendo las cosas a conciencia. Por eso ha trabajado mucho durante los meses previos tanto en los entrenamientos como en las clásicas donde ha podido testear el terreno y adaptarse al circuito italiano. “Me he preparado bien para el Giro. Después de San Remo, subí a concentrarme en altura en Sierra Nevada. Después de las competiciones en Italia, vi que tenía muchas posibilidades”.
Y esto lo demostró en la contrarreloj de la primera etapa del sábado seis. Según explicó al final de la jornada, marcó unos tiempos que imaginaba: “sabía que no iría por delante. He intentado no pasarme al principio para tener buen ritmo hasta al final. He apretado en los últimos kilómetros”. Además, expresó su felicidad con su increíble estreno: “pensaba que iba a estar mucho más nervioso. Pero después, ya en carrera, no me noté así. Poder estar aquí es un auténtico sueño para mí”.
Mirando al futuro
Ahora que está inmerso en la tensión y nervios de la competición no quiere estresarse y disfrutar del momento. “Estoy intentando disfrutar mucho. Es mi primera grande y quiero vivirla al máximo”. Desde el primer día con la presentación le gustó el gran ambiente y para él estar en Italia ya es un premio. Pero tendrá que afrontar grandes retos, sobre todo los finales en alto, “el Giro es el Giro y, cuando lleguemos a la montaña, habrá sitios increíbles“. El del Eolo Kometa no se ve con la maglia ya que esos es cosa de las estrellas. Aún así, afirma que pese al sufrimiento “las grandes saben tan dulces como lo imaginaba. Aunque duelan las piernas”.
