Recientemente titulábamos un artículo sobre Van der Poel de la siguiente manera: “Van der Poel, un hombre sencillo, tranquilo y centrado” y a día de hoy, tras hacer historia en la Paris-Roubaix batiendo muchos récords y dejando un poso en la historia del ciclismo, parece que nada ha cambiado.
En esta entrevista realizada por la organización de la carrera al ganador comprobamos que el corredor del Alpecin Deceuninck continúa siendo el mismo.
Pocos corredores se atreven a atacar a tanta distancia de la meta. Y muchos menos consiguen una victoria tan aplastante después de un esfuerzo titánico. MVDP va camino de convertirse en leyenda.
“Lo que pasó hoy es realmente difícil de creer. Volví a ganar Roubaix junto a mi equipo, que era aún más fuerte el año pasado. Estoy súper orgulloso de los chicos y súper feliz de terminarlo. Me siento muy bien desde hace mucho tiempo y hoy ha sido mi mejor día en esta temporada de Clásicas” apuntaba el crack neerlandés tras alzar su segundo adoquín consecutivo.
Pero, ¿cómo se fraguó la victoria? ¿Entraba dentro de los planes atacar a casi 60 kilómetros de meta? ¿No era una apuesta demasiado arriesgada? “Realmente no había planeado atacar tan temprano. Quería hacer la carrera difícil a partir de ese momento, porque sé que ese es mi punto fuerte, y pensé que era un buen momento para atacar porque el grupo era demasiado grande y la cooperación no era realmente buena”, explicaba Van der Poel. Y a partir de ahí, solo frente al peligro, todo fue rodado (nunca mejor dicho). “Una vez que conseguí la ventaja, supe que podía llegar a la meta porque estaba en un muy buen día y el viento de cola me ayudaría a mantener a raya a mis rivales” apuntó.
Pero ya se sabe que en las carreras de un solo día, cualquier inconveniente podía ser crucial. En este tipo de Clásicas una caída o un pinchazo son decisivos, pero MVDP estaba convencido de que ganaría. “Tenía una gran diferencia y el coche detrás de mí, así que tenía confianza. Realmente pude disfrutar el momento más que la semana pasada en Flandes, cuando estaba al límite. Hoy me sentí increíble y pude disfrutar mucho la parte final”, sentenciaba.
Disfrutar el momento
La vida es como una noria, a veces abajo y a veces la gloria. Está claro que nadie está en lo alto de la noria durante muchos años y es normal tener los pies en el suelo y ser consciente de que todo lo que sube, baja. Van Der Poel es buen conocedor de esto.
Él es consciente y lo expresa de manera relajada: “Definitivamente no es normal ganar Roubaix dos veces. Cuando era niño, no podía imaginar todas las carreras que estoy ganando ahora. Estaba muy motivado al comenzar este año, ya que quería mostrar por qué llevo el maillot arcoíris… pero esto superó mis expectativas. Estoy un poco sin palabras. Este momento especial no durará para siempre y quiero disfrutarlo”.
Confianza en el equipo
Van der Poel sabe que el trabajo de su equipo ha sido fantástico y que le ha apoyado desde el primer kilómetro de cada carrera. A este respecto y en relación con su compañero y segundo clasificado en la carrera comentó, “espero que Jasper [Philipsen] gane Roubaix en el futuro. Creo que hoy ha demostrado una vez más que es muy capaz de ello. Intentaremos hacerlo el año que viene otra vez… pero, antes de eso, vamos a dar una gran fiesta esta noche”.
Y cómo no, también habló de sus planes de futuro. Y de lo que significa que algunos corredores no podrán correr próximas carreras debido a las lesiones sucedidas en las últimas caídas: “Si todo va según lo previsto, participaré en Lieja-Bastón-Lieja. Es una lástima que algunos contendientes no estén presentes en las clásicas de las Ardenas, pero de todos modos será difícil ganar allí y haré lo mejor que pueda para lograrlo”.
En definitiva, Mathieu Van der Poel continúa agrandando su leyenda a base de victorias, compañerismo y buenas actuaciones.
