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La nueva promesa del atletismo español es un fanático del ciclismo: “Todos mis ídolos son ciclistas”

Se llama Miguel Baidal, tiene 22 años, y este fin de semana ha obtenido el cuarto puesto por equipos con España en el Mundial de cross de Belgrado, pero, siendo como es un fanático del ciclismo, ¿por qué no se dedica al ciclismo? 

 

El que sale en esa fotografía en Andorra, junto a Purito Rodríguez, es él, Miguel Baidal, cuando era adolescente. Un adolescente de la Playa de San Juan (Alicante) que entonces ya era un fanático del ciclismo. Su padre le llevaba a ver etapas de la Vuelta a España. Es más, le llevó dos veces al Tour de Francia a los Pirineos. Y ese niño, que se llama Miguel Baidal y que ahora tiene 22 años, llegó a ser triatleta. Sin embargo, hoy es atleta de élite y este pasado fin de semana ha participado en el Mundial de cross de Belgrado, donde ha obtenido la cuarta posición por equipos con España. Y la primera pregunta que se impone es la más natural del mundo.

¿Qué le alejó del ciclismo? 
Siempre me lo preguntan. Pero el destino me ha llevado aquí. Sobre todo, porque yo quería seguir estudiando y el ciclismo ocupa muchas más horas. Así que tras la pandemia tuve que decidir y opté por el atletismo. No me arrepiento. Me gusta esta doble vida. Me gusta entrenar y estudiar. Incluso, le diría que correr me parece menos sufrido que el ciclismo.

Lo dice muy seguro.
Estoy muy seguro. Además, así cuando me jubile aprovecharé para ir en bici mientras que si hubiese sido al revés no creo que cuando me retirase del ciclismo me pusiese a correr.

Pero su infancia está unida al ciclismo. 
Sí, totalmente. Le puedo decir que todos mis ídolos han sido ciclistas. De niño fui con mi padre dos veces a ver el Tour de Francia a los Pirineos. Montábamos las bicicletas en el coche y nos íbamos desde Alicante. Y siempre recordaré la etapa en La Pierre Saint Martin en la que Froome dio un golpe en el Tour 2015. La carrera llegó rota al último puerto, de uno en uno, y yo los llamaba por su nombre a todos porque me los conocía a todos. Es más, le puedo decir que aquella etapa acabé, por lo menos, con quince bidones que me tiraron los ciclistas como agradecimiento.

Tenía diez o doce años. 
Sí, por ahí. Pero es que no los llamaba por el apellido, sino por el nombre y no me refiero a los más famosos, a los que más o menos todo el mundo conocía como Richie Porte, Nairo Quintana, Valverde…  Le hablo de gente como Geraint Howell, Pierre Rolland, Tony Gallopin…, porque en aquella época yo era una enciclopedia.

Además, en la infancia es cuando mejor se retienen los nombres.  
Pero es que, en vez de fútbol, yo era ciclismo, ciclismo y ciclismo. No tenía que esperar al Tour o a la Vuelta, sino que también seguía las clásicas. Y como el ciclismo no es como el fútbol, que está tan polarizado entre Madrid y Barcelona, yo era de cualquier ciclista. Me gustaban todos. Los diferenciaba a todos. Pero muy especialmente a ciclistas como Purito o como Valverde que nos enseñaron a amar las clásicas y nos demostraron que no había que esperar a una gran Vuelta para aficionarse al ciclismo.

Brillante su historia. 
Bueno, es mi historia. ¿Que por qué ahora no soy ciclista? Sí, entiendo la pregunta, yo mismo me lo pregunto. Pero es que también me gusta correr y corriendo soy feliz. Y cuando estaba en primer año de carrera tuve que decidir. He estudiado ingeniería biomédica y con el ciclismo el tiempo lo tenía muy justo. Pero eso no quiere decir que renuncie a mi afición por el ciclismo.

No lo haga. 
Y no lo voy a hacer. De hecho, este fin de semana en el aeropuerto estaba viendo el Tour de Flandes en el portátil y todavía me sigo descargando las carreras para verlas luego en los viajes. Le tengo mucho que agradecer al ciclismo, a la época de Contador, a las fotografías que tengo en casa con Purito, a todo. Han sido muchas horas viéndolo por televisión.

Entonces quien no le dice que en el futuro no pueda correr un Tour de Francia. 
Ojalá pudiera, pero quién sabe. Ahora mi vida es otra.

Pero el ciclismo forma parte de su entrenamiento como atleta de élite. Hay pocos atletas que hagan ciclismo.
Sobre esto hay muchas teorías. En realidad, hay tantos métodos de entreno como personas. Pero en mi caso, que vengo del triatlón, no hay duda. Yo lo necesito. Mi estructura ósea y muscular esta acostumbrada a eso. De hecho, hoy lunes, dios días después del Mundial de cross, he hecho tres horas de bicicleta que son tres horas sin impacto. Sé que a mí me viene bien.

Entonces no hay más que hablar. 
Pero es que mi entrenador Adrián Periz, que me conoció siendo triatleta, también lo sabe. Es verdad que en la bicicleta, durante la época del triatlón, tenía problemas en el nervio ciático y que ahora no. Pero esa no fue la clave, sino lo que le he dicho. Yo quería estudiar mi carrera. Necesitaba un tiempo que en el ciclismo era más difícil de encontrar. Y decidí. Me enfrenté a ese dilema.

Ahora, para un atleta de 10.000 como usted, la máxima aspiración deben ser los JJOO. 
Sólo sé que hasta ahora he superado todas las metas que me he puesto. En principio, mis JJOO deberían ser los de Los Ángeles 2028. Pero prefiero ir día a día. Desde niño he sido trabajador. No tengo hermano. Mis padres se separaron cuando era pequeño. Desde entonces, he pasado mucho tiempo conmigo mismo. Estoy acostumbrado a la soledad que, además, también la conocí en el triatlón.

 

 

 


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