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Cosas que hacemos mal cuando limpiamos la bicicleta

bici de montana sucia
Foto: Ronald Restrepo / Unsplash

Mantener la bicicleta en perfectas condiciones es muy importante. Tanto para asegurar que nuestro esfuerzo se ve recompensado con una mejora en los tiempos, como para alargar la vida de nuestros componentes e incluso para evitar accidentes.

Una bicicleta limpia, engrasada y en buen estado siempre es una buena decisión y una buena inversión del tiempo.

Sin embargo, en ocasiones, cometemos errores a la hora de limpiar la bicicleta que son fáciles de evitar y que nos ahorrarán más de un disgusto. Y sobre todo, harán que tengamos más tiempo para hacer lo que realmente nos gusta: salir a montar en nuestra bicicleta.

Hace unos días os contábamos cómo limpiar la bicicleta en 7 pasos fáciles de recordar. Aquí te dejamos los errores más habituales que solemos cometer cuando limpiamos la bicicleta.

Centrarnos en elementos que no son importantes

Es evidente que algunos elementos o partes de nuestra bici son más importantes que otros. Es bastante habitual invertir demasiado tiempo en limpiar a fondo partes que no son vitales para el correcto funcionamiento de nuestra máquina. Las cubiertas, el cuadro, los portabidones… no hacen falta que estén limpios como una patena.

Tranquilo, la pequeña mancha debajo del cuadro ni se ve ni es vital para el correcto funcionamiento de la bicicleta. No hace falta que estés media hora frotando para intentar eliminarla.

No utilizar productos de limpieza adecuados

En el mundo de la mecánica utilizar los productos adecuados asegura el mantenimiento y la durabilidad de los componentes. Existen productos específicos para limpiar partes vitales como la cadena. Comprarlos siempre es una buena opción, pues asegurarás que quede perfectamente limpia y que no sufre un desgaste innecesario.

No utilizar cepillos de distintos calibres

Algunos lugares de la bicicleta son realmente inaccesibles y no por ello debemos dejar de limpiarlos. Por ello deberemos utilizar varios cepillos de distintos calibres para conseguir el mejor acabado posible.

Mientras que con un cepillo grande podremos limpiar y repasar elementos más visibles y grandes como el cuadro, el manillar, el sillín o las ruedas, otros de menor tamaño como la cadena, los piñones o los frenos necesitarán cepillos más pequeños. De hecho, un cepillo de dientes ya gastado será perfecto para llegar a esas zonas de la bicicleta más complicadas inaccesibles y delicadas.

No secar la bicicleta al terminar de limpiarla

Uno de los errores más comunes es no secar bien nuestra bicicleta cuando terminamos la limpieza con agua y jabón (y productos específicos). Al no secarla (y sobre todo el no secar ciertos componentes) nos arriesgamos a que ciertos elementos se puedan oxidar y además, el engrase de la bicicleta será menos eficiente.

No engrasarla al terminar de secarla

Limpiarla es esencial; secarla es básico; engrasarla también es de suma importancia si queremos coger de nuevo la bici en perfectas condiciones. Olvidar este último paso puede costarnos caro, pues las piezas más delicadas sufrirán y acabarán degradándose.

Utilizar aceites y grasas de mala calidad y no limpiar el sobrante

Ya que vas a engrasar tu bicicleta, hazlo con cariño y con los productos adecuados. En tu tienda de bicis de referencia encontrarás distintos productos indicados para las distintas partes de tu máquina. Y no olvides retirar el aceite sobrante… tu bicicleta no debe parecer una fuente de croquetas y calamares en un chiringuito.


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