Lluvia, frío, barro, hojas, ramas… En otoño la climatología adversa hacer que los caminos estén embarrados, por lo que nuestra bici MTB suele terminar hecha un cristo tras las salidas por la montaña. Y si no termina manchada (y tú también) hasta el último engranaje (o hasta la última fibra de tu culote), es que no has disfrutado al máximo.
El caso es que, después de cada salida toca limpiarla a fondo para tenerla lista de cara a la próxima vez que queramos ir a la montaña con ella.Esta rutina evitará que lo que a su vez mejorará la longevidad e los componentes y te hará ahorrar mucho dinero.
Si da la casualidad que pasas por una gasolinera con centro de lavado de bicicletas estás de suerte, por 2 euros podrás eliminar el 90% del barro que se haya acumulado en tu bici. Si no eres tan afortunado, te tocará hacerlo a mano en tu casa.
Aquí te dejamos 7 pasos para que no se te olvide ninguna parte y así mantener tu MTB libre de barro y suciedad.
1) Manguerazo a fondo
Antes de nada conviene darle un buen manguerazo general para quitar lo gordo, la mayor parte del barro que se haya quedado pegado a las distintas partes de la bicicleta. Además, si tenemos una boquilla que imprima algo de presión al agua de la manguera, pues mejor que mejor.
Si no tenemos una manguera, tocará hacerlo a mano con un cubo y una esponja grande.
Quitar la capa más gruesa de barro y suciedad nos permitirá luego limpiarla a fondo con más facilidad.
2) Limpia en profundidad la transmisión
Vayamos a una de las partes más importantes: la transmisión. O lo que es lo mismo, el sistema que hace que a cada pedalada avances: pedales, cadena, platos, piñones, desviador y cambio.
De hecho, se trata de uno de los talones de Aquiles de la bicis de montaña, pues si se embarra y se ensucia demasiado puede lastrar mucho el avance y deteriorar enormemente los componentes que lo integran.
Para limpiarlo a fondo deberemos utilizar una esponja con jabón y un cepillo pequeño (un buen truco es usar un cepillo de dientes usado) para repasar bien los engranajes de la cadena así como los piñones de la bicicleta. De hecho será más que interesante utilizar un desengrasante específico para bicicletas.
Además será interesante mover la cadena y cambiar de piñón varias veces durante la limpieza para así conseguir eliminar cualquier resto de suciedad y barro.
3) Presta atención a la suspensión
La suspensión (ya sea delantera o trasera) de nuestra bicicleta de montaña es uno de los elementos que más guerra suelen dar, por su delicadeza y su complejidad. Sin embargo, manteniéndola limpia y realizando las revisiones periódicas que recomiende el fabricante conseguiremos que aumente la durabilidad de la misma.
Para limpiarla utilizaremos una esponja y eliminaremos cualquier resto que pueda llegar a dificultar el funcionamiento de la suspensión.
De hecho, si quieres conocer más detalles sobre cómo cuidar la suspensión de tu bicicleta de montaña te recomendamos repasar este artículo que publicamos hace tiempo.
4) Limpieza de las ruedas
No pierdas mucho tiempo en limpiar las cubiertas, en cuanto toquen el suelo se volverán a ensuciar. Lo que sí tiene sentido es que repases bien es el eje y los frenos de disco.
Limpia a fondo con una esponja y jabón e incluso ayúdate de algún pequeño cepillo para llegar a las zonas más inaccesibles. Finalmente comprueba que no hayan quedado restos de suciedad en las zonas más sensibles, como los discos o las pastillas de frenado.
5) Limpia el cuadro
Mantener el cuadro limpio no es tan importante como la transmisión o la amortiguación. Sin embargo nos llevará poco trabajo y podremos mirar nuestra bicicleta con orgullo cuando hayamos terminado de limpiarla.
Con una esponja grande podremos limpiar las zonas más visibles del cuadro mientras que con una esponja pequeña y jabón podremos acceder a zonas más escondidas y donde probablemente encontremos más barro y suciedad.
6) Acuérdate de secarla
Lavarla es importante, pero también es importante secarla. Aunque no lo veas, el agua puede contener ciertos elementos o componentes (como la cal) que pueden deteriorar los distintos componentes de la bici.
Además, secándola evitaremos la aparición del óxido en aquellos componentes de menor calidad.
Bastará pasar un trapo de microfibra seco para conseguir terminar con el agua sobrante. Es mejor un trapo de microfibra para evitar que se deshilache o incluso deje restos en la transmisión, como suele ocurrir si usamos una bayeta.
7) Engrasa los componentes que lo necesiten
Engrasar ciertos componentes de la bicicleta es importante para tenerla en perfecto estado para la próxima salida. Antes de nada, como hemos comentado, debemos limpiar, lavar y secar la cadena antes de volver a engrasarla. Después, pasados unos minutos, habrá que eliminar el aceite sobrante. Si no lo quitamos correremos el riesgo que en la próxima salida el polvo, el barro y la suciedad en general se quede pegado al aceite y sea peor el remedio que la enfermedad.
Igualmente, la horquilla debería engrasarse con un aceite específico. Para ello unta las barras y haz el movimiento de subir y bajar la horquilla para que todo el juego se engrase. Finalmente elimina el aceite sobrante para evitar, como en el caso de la transmisión, que acabe llena de arena y se adhiera formando grumos de aceite y barro.
Tan solo he leído hasta donde dice: si tienes una manguera de alta presión a mano….
Ya no necesito más, por mucho que el barro se pegue, lo más aconsejable es usar la manguera (cuando no queda otra) con la presión al mínimo. No hay cosa más dañina para las articulaciones, ejes, suspensiones, etc, que un chorro a tope de presión.
Y llevo más de 30 años en esto y muchas bicis atrás.