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Cómo cambiar las pastillas de freno de tu bici en 5 pasos

Cambiar pastillas de freno
Es importante sustituir las pastillas de freno a tiempo.

Si estás pensando en decantarte por una bicicleta con frenos de disco, ya sea de carretera o de montaña, o ya tienes una en casa, debes saber que este tipo de frenos necesitan un mantenimiento regular. El más habitual es el cambio de las pastillas de freno, una de las partes que más desgaste sufre. Cambiar unas pastillas a tiempo nos evitará problemas mayores.

La sustitución de las pastillas de freno es algo que uno mismo puede hacer en casa, con las herramientas más básicas. El proceso es relativamente sencillo y es una de las tareas de mantenimiento que todo ciclista debería hacer de forma regular. Tener cuidado de los frenos es básico para no perder seguridad en la frenada y para no perder agarre. 

Comprobar que las pastillas de freno están gastadas es bastante simple. Hay múltiples maneras de saberlo. Una de ellas es mirar a través del freno y ver qué el grosor de las mismas se ha reducido considerablemente o bien que los pistones están muy salidos. Otra forma muy evidente es escuchar el chirrido que hacen los frenos. Otro indicador es notar una pérdida agarre y tacto a la hora de frenar.

Frenos de disco pastillas
El mantenimiento más habitual de los frenos de disco son las pastillas.

A continuación, te explicamos cómo cambiar las pastillas de freno de tu bicicleta en 5 simples pasos para que la próxima vez que lo tengas que hacer sea más sencillo.

1. Sacar la rueda

Lo primero que debemos hacer para cambiar las pastillas de freno es sacar la rueda, ya sea la delantera o la trasera. Aflojaremos el pasador y dejaremos la rueda a un lado, para trabajar con mayor comodidad. En este punto, es muy importante no tocar el freno porque de lo contrario se cerraran los pistones y nos costará mucho más cambiar las pastillas.

2. Ajustar los pistones

Una vez tenemos la rueda fuera, pasaremos a ajustar los pistones. En primer lugar, debemos abrirlos con las pastillas antiguas puestas, para no dañarlos. Lo podemos hacer con un destornillador plano, con cuidado, o con una herramienta con una superficie plana o específica para ello. Los pistones deben quedar en su posición inicial, porque de lo contrario no podremos introducir las pastillas. 

3. Extraer las pastillas viejas y limpiar el freno

Para reemplazar las pastillas viejas, debemos buscar el pasador que se encuentra entre las pastillas y la pinza, y hacer dos simples pasos: sacar el elemento de seguridad que retiene el pasador y, a continuación, extraer el mismo pasador con la herramienta necesaria (destornillador plano, llave Allen…).

Con las pastillas sueltas, las empujaremos hacia arriba o hacia a bajo, dependiendo de la bicicleta, y ya tendremos las dos pastillas viejas fuera. Es momento de limpiar bien la pinza de freno y engrasar un poco los pistones con productos específicos para ello.

4. Colocar las nuevas pastillas

Llega el momento de colocar las nuevas pastillas. Importante: tenemos que asegurarnos de que compramos las pastillas que se correspondan con nuestro modelo de pinza. No todas las pastillas de freno son iguales. De lo contrario, no las podremos cambiar.

Ajustaremos las pastillas con el nuevo muelle, lijaremos un poco la primera capa, las introduciremos por el espacio de la pinza, volveremos a introducir el pasador por los tres agujeros (pinza y muelle de las pastillas) y lo cerraremos con el elemento de seguridad.

5. Ajuste y centrado 

Con las nuevas pastillas colocadas, toca volver a montar la rueda y hacerla rodar para ver si las pastillas rozan con los frenos. Debería entrar algo de luz por ambas partes. Con todo, es habitual que no quede centrada de primeras, por lo que debemos ajustar y centrar la pinza de freno.

Para ello, debemos aflojar los tornillos de la pinza para que tenga un poco de juego. Frenamos varias veces para que se centre. Manteniendo en freno apretado, volvemos a cerrar los dos tornillos poco a poco y de forma alterna, hasta que quede centrado. 

Si no funciona, deberemos mirar a contraluz e ir jugando con los tornillos para centrarlo, con un ajusto mucho más preciso. Hay veces, incluso, que el freno puede estar torcido y será algo más complicado y será recomendable acudir a un mecánico de confianza.


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