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Alcohol y deporte, cómo afecta el consumo a tus músculos

Foto: Markus Spiske / Unsplash

No queremos ser aguafiestas pero (spoiler): ingerir alcohol no tiene ningún beneficio para el organismo. Más allá de las famosas “calorías vacías”,  ya no es que sume a nivel muscular, sino que resta y puede afectar al rendimiento deportivo.

Antes de nada hay que remarcar que el alcohol no afecta a todos por igual. Los efectos del alcohol dependen de la cantidad consumida, de la ingesta de alimentos previa, de la tolerancia individual de cada uno y de otros muchos factores. Seguro que has visto a gente muy borracha tomando las mismas copas de vino o las cañas que tú.

E incluso es posible que hayas visto que una ingesta de alcohol previa o posterior a una actividad física también haya afectado de manera distinta a unos y a otros.

Como apunta Matthew Barnes, especialista investigador sobre el tema en la Massey University de Nueva Zelanda, “el impacto que tiene el alcohol en la recuperación y el rendimiento deportivo es complicado y depende de muchos factores, incluido el momento del consumo de alcohol después del ejercicio, el tiempo de recuperación necesario antes de reiniciar el entrenamiento/competición, el estado de la lesión y la dosis de alcohol que se consume”.

Alcohol, lesiones y recuperación muscular

Y es que, en función de la cantidad de alcohol consumido se puede ver afectada tu actividad hormonal e inflamatoria, viéndose comprometida igualmente tu capacidad de rehidratarte y regenerar el tejido muscular.

A este respecto, en relación con el músculo esquelético (un tipo de músculo estriado unido al esqueleto), esta investigación certificó que “tanto el consumo agudo como crónico de alcohol disminuyen la síntesis de proteínas y aumentan la degradación de proteínas”.

En definitiva, cómo apuntan desde la Universidad de Binghamtom, “hacer ejercicio bajo los efectos del alcohol no sólo aumenta la probabilidad de sufrir lesiones, sino que también puede impedir el crecimiento muscular”.

Alcohol en el ciclismo profesional

En más de una ocasión hemos visto a ciclistas tomarse una cerveza o beber champán tras cosechar un éxito. El impacto que tiene el alcohol en la recuperación y el rendimiento deportivo es complicado y depende de muchos factores, incluido el momento del consumo de alcohol después del ejercicio, el tiempo de recuperación necesario antes de reiniciar el entrenamiento, el estado de la lesión y la dosis de alcohol que se consume.

Como explica este estudio realizado en 2014, “el consumo agudo de alcohol, en los niveles que suelen consumir los atletas, puede alterar negativamente la función inmunoendocrina normal, el flujo sanguíneo y la síntesis de proteínas, de modo que la recuperación de una lesión del músculo esquelético puede verse afectada. Otros factores relacionados con la recuperación, como la rehidratación y la resíntesis de glucógeno, pueden verse afectados en menor medida”.

En cualquier caso, según apunta el mismo análisis, “es poco probable que una dosis de aproximadamente 0,5 g/kg de peso corporal afecte la mayoría de los aspectos de la recuperación”.

Alcohol moderado

Algunos estudios han individualizado cuánto y cómo afecta a hombres y mujeres de manera distinta. Por ejemplo, un estudio reciente publicado en la revista científica “Journal of the International Society of Sports Nutrition” comprobó que el consumo moderado de alcohol en las mujeres y el consumo de dos bebidas en los hombres, cinco veces a la semana, no afectaba a las adaptaciones positivas en la fuerza de agarre y el VO2 máximo (capacidad del organismo para transportar oxígeno hacia los músculos) después de un programa de HIIT (Entrenamiento de intervalos de alta intensidad) de 10 semanas.

O lo que es lo mismo, las bebidas no parecían disminuir el efecto positivo del entrenamiento. “Una ingesta moderada de cerveza o alcohol no mitiga el efecto positivo de un HIIT de 10 semanas sobre la aptitud física en adultos jóvenes sanos” apuntaban en sus conclusiones los científicos.

En cualquier caso, como han repetido cientos de médicos en todo el mundo, nunca será bueno tomar alcohol antes, durante o después de hacer deporte. Ahora que ya lo sabes, en tu mano está ponerte hasta arriba de vino en las cenas de navidad.


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